Guía para compartir un décimo de lotería correctamente y evitar líos legales si toca el premio
Para evitar conflictos, es imprescindible dejar constancia clara y fehaciente del reparto
Premios compartidos con familiares: cómo repartir sin que Hacienda penalice
Compartir un décimo de lotería puede parecer un gesto de lo más generoso y festivo, pero también hay que ser conscientes de que acarrea una serie de riesgos legales, fiscales y personales si no se formaliza la gestión adecuadamente. Al fin y al cabo el boleto es un documento al portador, por lo que quien lo presente para cobrar resulta, a ojos del fisco y de la ley, el propietario del premio. Para evitar conflictos, es imprescindible dejar constancia clara y fehaciente del reparto desde el momento de la compra.
Deja pruebas del acuerdo antes del sorteo
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda que el depositario del décimo fotocopie el boleto y entregue una copia firmada a cada persona que participe, incluyendo nombre, DNI, número de serie, fracción, sorteo y la cantidad jugada. La Policía Nacional insiste en que una foto enviada por WhatsApp o correo electrónico puede también servir de prueba, siempre que se incluyan los nombres, datos del portador y porcentaje jugado. Aunque estas opciones son válidas, la mejor opción y lo más recomendable es cumplimentar un acuerdo por escrito o plantilla de contrato, detallando los participantes y porcentajes.
La inseguridad solo tiene cabida cuando el décimo se comparte de manera informal, sin que haya registros o documentación que lo pruebe. En este caso el cobro puede derivar en litigios. Por ello, el respaldo documental no es opcional: es la única forma de asegurar justicia en caso de premio elevado.
Los impuestos se aplican y cómo evitar donaciones encubiertas
Los premios de lotería superiores a 40 000 € por décimo tributan automáticamente un 20 % sobre el excedente, y esta cantidad no es por persona, sino por décimo. Es decir, si el premio es de 125 000 €, se retendrán 17 000 €, y el ganador efectivo recibirá solo 108 000 €. Además estos premios tienen que cobrarse en bancos autorizados, y el pago se realiza mediante transferencia bancaria.
Si el décimo compartido se cobra íntegramente por parte de una única persona sin documentarlo correctamente, y después da el dinero al resto de participantes, se corre el riesgo de que Hacienda lo interprete como una donación encubierta. Así, lo que pretendía ser un acto colectivo se convierte en obligación de tributar por donación, con gravámenes autonómicos variables que dependen del parentesco. Lo más recomendable es que todos los participantes acudan a cobrar juntos el premio, indicando porcentajes, para evitar que se aplique ese gravamen añadido.
Los premios de hasta 2 000 € por décimo están exentos de impuestos y pueden cobrarse en cualquier administración sin necesidad de documentación adicional.
Si se tienen en cuenta todos estos detalles, compartir la ilusión de un décimo premiado no tiene por qué convertirse en un conflicto fiscal o legal. La clave está en convertir un gesto simbólico en un acuerdo formal, con pruebas y documentación desde el primer momento. No se trata solo de repartir premios, sino de proteger tanto tu derecho como el de los demás. Porque en la felicidad colectiva no debe entrar la inseguridad jurídica: reparar esa costumbre en un sistema transparente garantiza que compartir siga siendo un acto compartido, sin sorpresas ni gravámenes inesperados.