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Así son las nuevas regulaciones del juego online en España ¿Protección para el usuario o freno al libre mercado?

Apuestas online. Telecinco.es
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En los últimos meses, el juego online en España ha entrado en una fase de endurecimiento regulatorio. El objetivo declarado por el Gobierno y por la Dirección General de Ordenación del Juego es reforzar la protección del consumidor, reducir riesgos de ludopatía y combatir el fraude. Pero estas medidas también están generando críticas, ya que algunos sectores sostienen que pueden limitar la competencia y encarecer el acceso legal al sector. 

El marco legal que ya estaba vigente

Desde 2011, la Ley 13/2011 de regulación del juego establece el fundamento legal para que todas las actividades de juego que operen por canales electrónicos estén reguladas para “garantizar la protección del orden público, luchar contra el fraude, prevenir conductas adictivas, proteger a menores y salvaguardar los derechos de los participantes”. Esa normativa ha sido desarrollada por decretos adicionales que exigen requisitos técnicos, trazabilidad y controles de seguridad para los operadores. La DGOJ es el organismo central que autoriza, supervisa y sanciona las actividades de juego online a escala estatal. 

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También existe una Estrategia de Juego Responsable en España, en la que operadoras, administración y sociedad civil colaboran para prevenir los efectos perjudiciales del juego. Entre sus medidas están la sensibilización, protocolos de prevención y un consejo asesor específico. 

Lo nuevo: límites, algoritmos y transparencia reforzada

Uno de los cambios más comentados es la iniciativa del gobierno para implantar un sistema centralizado de límites de depósito que cubra todas las cuentas de un jugador en múltiples operadores. Actualmente cada casa establece sus propios límites diarios, semanales o mensuales, pero esto permite que alguien “migre” límites entre plataformas. En algunas plataformas ya existe normativa provisional, donde los operadores permiten configurar límites personales, pero si se solicita un aumento más allá de 600 €/día, 1.500 €/semana o 3.000 €/mes, se exige pasar controles adicionales. 

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Otro aspecto que se ha tenido en cuenta es la detección automática de usuarios con comportamiento de riesgo. Desde septiembre de 2025, los operadores deberán emplear un algoritmo centralizado para detectar patrones de juego problemáticos. Este sistema busca identificar conductas de riesgo antes de que deriven en daño severo. 

Además, el Real Decreto 176/2023 incorpora medidas que limitan el uso de ciertos medios de pago para quienes sean clasificados como participantes con “comportamientos de juego intensivo”. Por ejemplo, se prohíbe el uso de tarjetas de crédito para depósitos si un jugador entra en esa categoría. Además, esos usuarios recibirán un resumen mensual de su actividad como mecanismo de transparencia. 

Otra normativa reciente obligará a las plataformas a mostrar mensajes explícitos sobre los riesgos de la ludopatía, similares a los avisos de salud en los paquetes de tabaco. El ministro de Consumo ha manifestado que “los operadores de juego deberán mostrar un nuevo cartel a sus usuarios informando de los peligros del juego”. 

¿Protege al usuario… o frena el mercado legal?

Para el jugador, estos cambios suponen un refuerzo claro de protección: límites comunes, control temprano a conductas peligrosas, restricciones de crédito y transparencia informativa. En conjunto, apuntan a minimizar el riesgo de que una persona con adicción o vulnerabilidad se exponga a pérdidas capaces de destruir sus finanzas personales.

También favorecen la legitimidad del sector legal frente al intrusismo: al reforzar los requisitos técnicos, de trazabilidad y de licencia, se eleva la barrera de entrada para operadores dudosos o ilegales.

Sin embargo, esos requisitos también pueden elevar los costes operativos. Operar con algoritmos avanzados, sistemas de monitorización, validaciones de pago y un cumplimiento legal estricto implica tener que realizar inversiones altas que pequeñas empresas o nuevos proyectos quizá no puedan asumir. 

De esta manera, la regulación exigente podría consolidar posiciones de grandes operadores. Algunos críticos ya han alertado de que, pese a los límites a la publicidad impuestos en 2021, el gasto en publicidad por parte de operadores privados volvió a 203 millones de euros en 2024, tras una decisión del Tribunal Supremo que anuló parcialmente restricciones. 

Las nuevas reglas podrían también reducir márgenes promocionales y bonos con los que muchos operadores legalmente captan usuarios, lo que podría alejar parte de la demanda hacia plataformas sin licencia, lo cual es justamente lo contrario de lo que la regulación busca evitar.

Reforzando la protección del usuario

Las reformas regulatorias del juego online en España muestran una clara voluntad política de reforzar la protección del usuario vulnerable y contener los efectos nocivos del juego excesivo. Las herramientas que hoy se introducen representan avances considerables para un entorno más seguro.

Pero ese “freno” regulador también puede tener efectos contraproducentes en la competencia del mercado. Si los costos administrativos y técnicos se vuelven apabullantes para operadores pequeños, el mercado se podría concentrar en unos pocos gigantes que puedan absorber esos gastos.