La abogada de Andréi Portnov vivía en Madrid y se ha ido a Rusia: figura en el poder notarial que él firmó en España para dejar una mansión a sus hijos

La Policía trata de obtener información sobre la abogada de Andréi Portnov, que vivía en Madrid y se marchó a Rusia
Andréi Portnov firmó un poder notarial en España para dejar una masión de Kiev a sus hijos: su abogada figura en el documento, pero se ha ido a RusiaInformativos Telecinco
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Andréi Portnov, el ucraniano asesinado este pasado miércoles en Pozuelo de Alarcón, figuraba como "traidor" en una lista que señalaba a enemigos de Ucrania y en la que ya aparece además como eliminado.

La Policía española sigue con la investigación sobre el móvil de su muerte y sigue buscando a los responsables. Los agentes han estado este jueves en la calle Zurbano de Madrid, entre Génova y Nuevos Ministerios, para tratar de obtener información de la abogada de confianza de Portnov, ya que vivía en una casa de esa zona y ya no está.

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La mansión de 1.000 metros cuadrados en Kiev que Andréi Portnov quería dejar a sus hijos como herencia

Fuentes cercanas a la investigación aseguran que se marchó a Rusia. Ella figura en el poder notarial que firmó Portnov nada más llegar a Madrid en 2024 para poder traspasar y dejar en herencia su mansión de 1.000 metros cuadrados que tiene en Kiev a sus hijos. A nombre de una empresa de las Islas Vírgenes, esa vivienda estaba valorada en 2,5 millones de euros hace años.

Otra de sus rutinas era aparcar su vehículo en un garaje de la Milla de Oro de Madrid, donde tenía registrado su Mercedes. Las autoridades revisan las cámaras de seguridad buscando a los sicarios que hicieron seguimientos desde su vivienda en la urbanización de lujo de La Moraleja hasta el Colegio Americano, donde llevaba a las niñas y fue ejecutado por un hombre vestido de negro.

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Portnov podía tener enemigos que quisieran vengar un negocio fallido, sin olvidar su activismo político prorruso

Abogado con enfrentamientos en decenas de procesos judiciales por corrupción, estafas y sobornos, podía tener enemigos que quisieran vengar un negocio fallido, sin olvidar su activismo político prorruso que no había abandonado. Los investigadores miran de reojo a los servicios de inteligencia de Ucrania y Rusia, que también utilizan el crimen organizado para ajustar cuentas.

Esto ocurrió con Maxim Kuzmínov, el joven ruso que traicionó a su país comprado por los ucranianos. La lógica hacía pensar que lo encargaron los rusos y lo localizaron en Alicante, pero la investigación apunta a un servicio ucraniano paramilitar.