Violencia de género

Condenan a tres años de cárcel a una mujer que mató de una puñalada a su expareja en Villa del Prado, Madrid

La sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid rebaja la condena por varios atenuantes. EP/Archivo
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La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a tres años de cárcel a una mujer que mató de una puñalada a su expareja, en junio de 2020, en una urbanización de Villa del Prado, una pena que ha sido rebajada después de que el tribunal haya aplicado varias atenuantes.

Así consta en una sentencia en la que se condena a la agresora por un delito de lesiones agravadas y un delito de homicidio por imprudencia grave con la concurrencia de la agravante de parentesco y las atenuante de embriaguez, reparación del daño y dilaciones indebidas.

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Los hechos se produjeron sobre las 00:30 horas del 6 de junio de 2020 cuando la mujer se encontraba en una vivienda situada común en la calle Coscoja, en la urbanización El Encinar del Alberche, junto con su pareja sentimental.

La mujer "no quería" matar a su expareja

En un momento dado, se inició una discusión en el transcurso de la cual la acusada cogió un cuchillo y se lo clavó a su expareja en el hombro izquierdo desgarrándole los músculos pectoral mayor y pectoral menor y alcanzando la arteria axilar izquierda en su unión con la arteria braquial izquierda, generándole un shock hemorrágico e hipovolémico que le ocasionó el fallecimiento en cuestión de minutos.

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La mujer le clavó el cuchillo con "la intención de lesionarle, pero dado el lugar en el que lo hizo y puesto que alcanzó una arteria, le produjo la muerte, lo que no quería que sucediera, aunque debió haber previsto que podía pasar".

Inmediatamente después de producirse los hechos, la condenada intentó por todos los medios a su alcance auxiliar a la víctima, buscando las llaves del coche para llevarlo a urgencias, llamando al 112 en repetidas ocasiones y haciéndole al herido un torniquete y una reanimación cardio pulmonar (RCP).

Además, colaboró activamente con los investigadores policiales, explicando su versión sobre cómo habían sucedido los hechos y facilitándoles toda la información que ella tenía en ese momento, prestándose a que le tomaran muestras de ADN para colaborar en la investigación.

La mujer había consumido ese día bebidas alcohólicas y, como consecuencia de ello, tenía, en el momento de los hechos, levemente afectadas sus facultades intelectivas y volitivas para comprender el alcance de sus actos y actuar de acuerdo con esa comprensión.