Fallas

Zarra, el pueblo valenciano que celebra sus Fallas en invierno: mascletá, gala navideña y homenaje a las víctimas de la DANA

Zarra está enclavada en el Valle de Ayora
Zarra está enclavada en el Valle de Ayora. Ayuntamiento de Zarra
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ValenciaConocida como la joya del Valle de Ayora, Zarra, un pequeño pueblo de poco más de 300 habitantes, celebra este puente de la Inmaculada sus Fallas de Invierno por segundo año consecutivo.

Con esta festividad, el ayuntamiento apuesta por una celebración cultural y comunitaria que busca combatir la despoblación de los pueblos de interior. Esta iniciativa autofinanciada se ha consolidado como un punto de encuentro que fortalece la identidad local y pone en valor el papel de los pueblos pequeños.

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Este año, Zarra ha querido tener un gesto especial hacia Aldaia y toda l’Horta Sud, que sufrieron la catastrófica DANA del 29 de octubre de 2024, cuyo impacto también se sintió en esta localidad. El pueblo vivió con enorme preocupación la noticia de la barrancada en Benetússer, donde una joven nacida en Zarra –una de las “hijas del pueblo”– se vio directamente afectada.

Se da la circunstancia también que originarios del Valle residen en Aldaia, por lo que los vínculos son numerosos. Además, aldeas próximas, Utiel y Requena han sufrido los estragos de las inundaciones, que fueron vividas como propias por los vecinos.

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Falleras de Honor de Aldaia

En la jornada central de estas fiestas, se nombrará Falleras de Honor a las recién exaltadas Falleras Mayores de Aldaia, Marta García i Pelufo y Vega Navío i López. Las dos jóvenes serán recibidas por una comitiva de mujeres zarrinas, junto al alcalde Raúl Martínez y la Unión Musical Santa Ana, que acompañará el recorrido con un pasacalle.

El encuentro contará también con la presencia de Daniel Mínguez, presidente de la Junta Local Fallera y de la Junta Comarcal de l’Horta Sud, Guillermo Luján, alcalde de Aldaia y José M. Luna, edil de Fallas.

Falla con Reyes Magos

El monumento fallero de este año, obra del artista valenciano Jordi Palanca, es una metáfora de la realidad de los pueblos de interior, con inviernos largos, fríos y duros, pero también llenos de momentos de cercanía que mantienen unidos a los vecinos. El fuego y la nieve se convierten en símbolos contrapuestos de tradición, memoria y esperanza.

La falla está compuesta por figuras que forman parte de la identidad emocional del municipio: los Reyes Magos, las cigüeñas que anuncian el final del invierno y la llegada de dos nuevos habitantes, un recordatorio de que la vida siempre renace en el Valle de Ayora.

Una festividad que contarán con todos los actos típicos de las fallas como una mascletà, castillo de fuegos artificiales y paella gigante, pero que incorpora una gala navideña, más propia de estas fechas.