Animales

Colonias felinas, el gran agujero negro de los derechos de los animales: "Se originan por la negligencia de las personas"

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Alimentadora de una colonia felina. Pexels
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Coincidiendo con el Día de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cada 10 de diciembre la comunidad internacional celebra también el Día de los Derechos de los Animales, con la intención de hermanar la defensa de la vida y el bienestar del conjunto de los seres vivos que habitan la Tierra. La declaración firmada que protege a los animales contra el maltrato, la cría ilegal, la sobreexplotación, la muerte y la tortura es el documento base que ha puesto los cimientos de muchas leyes actuales, como la Ley del Bienestar Animal que se probó en España en 2023.

Esta normativa ha mejorado el trato social a los animales (sean mascotas o salvajes) en aspectos tan importantes como la prohibición de sacrificar animales sanos, el seguro para perros, la limitación de horas en las que una mascota puede estar sola en una vivienda, la regulación de la venta de los animales de compañía o el endurecimiento de las sanciones por maltrato, en aras de fomentar un mayor respeto a nuestra fauna. Sin embargo, hay un conjunto de animales particularmente demonizado en nuestro país, el de las colonias felinas, que sigue sin ser del todo respetado.

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Un grupo de gatos callejeros

Están reguladas por ley y deben ser protegidas

En una entrevista que Informativos Telecinco web, la gestora de una colonia felina de la Comunidad de Madrid aseguró que "son los propios vecinos" los que boicotean habitualmente su trabajo, que consiste en "salvar la vida de unos gatos que han sido previamente abandonados por ellos". Durante sus largos años como alimentadora, asegura haber "sufrido amenazas" por parte de varias personas, que le decían que iban a "matar a unos gatos" a los que, en alguna ocasión, encontró con golpes y heridas. Un odio que la vecindad traslada a estas colonias, a pesar de estar reguladas por el Ministerio de Derechos Sociales.

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El propio Ministerio las define así: "A efectos de lo establecido en la Ley 7/2023, de 28 de marzo, se considera a las colonias felinas como un grupo de gatos de la especie Felis catus, que viven en estado de libertad o semilibertad, que no pueden ser abordados o mantenidos con facilidad por los seres humanos debido a su bajo o nulo grado de socialización, pero que desarrollan su vida en torno a éstos para su subsistencia; es decir, que dependen principalmente de los recursos que, voluntaria o involuntariamente, les ofrecen las personas".

La formación de las colonias es siempre ocasionada por el comportamiento negligente o irresponsable de las personas

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Igualmente, recuerdan que su formación no es 'culpa' de los propios gatos, ni de las alimentadoras que tratan de mantenerlos a salvo: "La formación de las colonias es siempre ocasionada por el comportamiento negligente o irresponsable de las personas, ya que los gatos que las forman provienen o bien de animales abandonados o perdidos que han vuelto a estados de poca socialización por miedo o bien de camadas nacidas en la calle de gatas que vagan libremente desde sus domicilios y que no están esterilizadas. Las insuficientes e inadecuadas políticas de control poblacional y de concienciación de la población respecto a la importancia de evitar la reproducción incontrolada y el abandono de gatos, son los principales factores de aparición de las poblaciones felinas".

Para paliar esta realidad social, las voluntarias aplican el método CER, que consiste en la captura mediante jaula trampa del mayor número posible de individuos, para su posterior esterilización quirúrgica y retorno en la misma colonia de donde proceden, tal y como dicta la Directriz Técnica de la Dirección General de Derechos de los Animales en su Programa de Colonia Felinas.