El laberinto subterráneo más grande de España está en Brihuega: entramos en él
Brihuega, una pequeña localidad situada en Guadalajara, fue declarada Conjunto Histórico Artístico hace más de 50 años
Es muy conocida por sus campos morados de lavanda y por guardar un secreto bajo el suelo: unos túneles de 8 kilómetros de longitud
El pueblo más pequeño y bonito de Murcia, según National Geographic
Aunque, este año, los españoles tendremos que esperar hasta mediados del mes de abril para disfrutar de las vacaciones de Semana Santa, hay múltiples lugares en los que se puede hacer turismo los fines de semana. Uno de ellos, que se encuentra a tan solo una hora y media de Madrid, es Brihuega, una pequeña localidad situada en Guadalajara, que fue declarada Conjunto Histórico Artístico hace más de 50 años y que, ahora, ha visitado el reportero Enrique Obrero.
Este pueblo (y sus alrededores) es muy conocido por sus preciosos campos de lavanda donde, cada verano, acuden miles de turistas (e influencers) a tomarse una foto con su paisaje morado de fondo. Pero también tiene un gran valor arquitectónico, pues cuenta con importantes construcciones como el Castillo de la Peña Bermeja, la Iglesia de San Miguel o de Santa María de la Pena. Eso, en el exterior, porque, además, Brihuega es una localidad que guarda un secreto bajo el suelo.
Los túneles tienen 8 kilómetros de longitud
Informativos Telecinco ha tenido acceso a las Cuevas de los Árabes, el laberinto subterráneo más grande de España. Se encuentra bajo el asfalto y las aceras del centro de Brihuega y su extensión es de unos 8 kilómetros de longitud. Fue construido por los árabes en caso de guerra y asedio pues, al ver a las tropas acercarse desde lo alto de la muralla, toda la población podía acceder a estos túneles, atravesarlos y salir a una zona segura. Así, cuando el enemigo accedía a la ciudad, encontraba sus calles totalmente vacías.
Las cuevas fueron construidas a pico y pala y sin apenas luz, sólo con la que proporcionaban las antorchas. Posteriormente, fueron utilizadas como almacén de víveres y bodegas e, incluso, se cree que parte del vino que allí se almacenaba llegaba a la mismísima Roma. Durante la Guerra Civil española se convirtió en uno de los mejores refugios para protegerse de las bombas y, en la actualidad, es uno de los mayores reclamos turísticos de la localidad. Aunque su extensión es kilométrica, solo se pueden visitar unos cientos de metros ,suficientes para hacerse una idea de la magnitud de la la construcción en su época. Eso sí, aunque ahora está iluminado, sigue siendo el hogar de muchos murciélagos con los que se pueden topar los visitantes.
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