"Cenas clandestinas": el plan para foodies aventureros que prefieren el misterio a la estrella Michelin
Los amantes de la gastronomía siempre buscan nuevas experiencias para disfrutar de su pasión
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MadridLas experiencias gastronómicas no necesitan grandes propuestas para triunfar, la calidad de los platos suele ser más que suficiente para que todos los comensales se den por satisfechos y queden contentos. Sin embargo, que no sea necesario, no quiere decir que no se le pueda dar una vuelta de tuerca para buscar formas nuevas de disfrutar la comida y esto es precisamente lo que proponen las cenas clandestinas.
Cenas clandestinas: el plan para foodies aventureros
Quienes ya están cansados de las cenas tradicionales y buscan vivir experiencias nuevas, pueden darle una oportunidad a las cenas clandestinas, esas en las que reservas la experiencia y hasta poco tiempo antes no sabes donde ni con quién vas a sentarte a la mesa. Estas son actividades que pueden hacerse en solitario, pero también en pareja o con algún amigo, algo ideal para aquellos que quieran vivir experiencias nuevas, pero no tan atrevidas.
Lo más habitual es que sean empresas especializadas las que se hagan cargo de la organización de este tipo de eventos cerrados. Con unas horas de antelación (suelen ser unas 24 horas, siempre con cierto margen para poder organizarse, sobre todo si es necesario desplazarse o contratar algún servicio para ello), el usuario recibe la ubicación, que es toda la información que necesita saber.
Suelen ser menús más o menos cerrados, aunque es evidente que en caso de alergias o intolerancias, avisando con antelación, se tomarán las medidas pertinentes. Las bebidas pueden traerlas los comensales, para ellos mismo o para compartir con los demás, aunque también hay algunas experiencias que ofrecen la cena más el maridaje, teniendo así la experiencia completa.
También hay algunos chefs particulares que ofrecen esta experiencia, que puede ser en un domicilio particular o en algún local específico, que pueden ser tradicionales o un poco más atrevidos, como azoteas o galerías de arte.
Esta es una nueva manera de vivir la gastronomía, dejándose llevar por el misterio que rodea a las cenas clandestinas y confiando en el buen hacer del cocinero. Es también una forma original de poder ampliar el círculo social, pues si bien no hay ninguna norma que implique que es necesario relacionarse con el resto de comensales, hay pocas posibilidades de que durante la cena no se intercambien algunas palabras con alguien. Las experiencias son mejores si se comparten con alguien que también las está disfrutando, incluso si son desconocidos.
El resultado suelen ser cenas íntimas, en las que se crea un ambiente de confianza y relax, todo el mundo pone de su parte para que la experiencia sea lo más agradable posible y la comida se convierte en la excusa perfecta para disfrutar de un buen rato. Son encuentros ideales para aquellos que prefieren las aventura a las estrellas Michelin, pero eso no quiere decir que la comida, la calidad y el sabor no sea tan importante como en estos premiados restaurantes.
La propuesta gastronómica también es clave en estas cenas clandestinas, pues arte de la experiencia es disfrutar de una buena cena en la mejor compañía.