Nada mejor que una bebida bien fría para combatir el calor. Lo malo es que las altas temperaturas afectan, lógicamente, a la temperatura media de todo aquello que se encuentre fuera de la nevera, incluyendo el hielo que utilizamos para enfriar los productos que vamos a consumir. ¿Qué fórmulas existen para conservar el hielo congelado durante más tiempo en verano? Toma nota de estos trucos perfectos para una ola de calor o para cualquier situación de altas temperaturas.
Las situaciones en las que necesitamos enfriar productos con hielo en el exterior son muchas y muy variadas: un día de playa, una acampada, una cena en la terraza, un viaje en el que queremos que comida y bebida llegue a buen puerto sin que se rompa la cadena de frío durante el trayecto... En todos estos casos es necesario recurrir a trucos para que el hielo tarde más en derretirse y nos permita conservar los alimentos frescos durante más tiempo.
No existen milagros en este campo: si hace mucho calor y el hielo se encuentra al aire libre, inevitablemente será difícil que se conserve intacto durante mucho tiempo. Sin embargo, existen pequeñas técnicas para alargar su vida útil y, con ello, conservar frescos tus alimentos durante más tiempo.
Un primer truco es utilizar neveras portátiles o incluso cajas de corcho o poliestireno expandido (son muy utilizadas en el transporte de mercancías alimentarias que requieren frío por su capacidad para conservar la temperatura). Si introduces en ellas el hielo y los productos que quieres conservar mantendrás el frío durante más tiempo y evitarás también derrames de líquido. Esta opción es muy útil para trayectos en coche, así como para acampadas y excursiones.
Además, cubiteras y demás utensilios ideados específicamente para albergar el hielo serán tus mejores aliados si de lo que se trata es de mantener frías las bebidas durante un evento. Un truco muy utilizado es el de mezclar en un gran recipiente agua fría, hielo y sal: introduce en él las bebidas poco a poco (es mejor si han sido enfriadas previamente) y verás cómo su temperatura se mantiene baja durante mucho tiempo. En general, el uso de sal junto con el hielo es el más antiguo y efectivo truco para aumentar su efectividad.
Por otro lado, si vas a hacer el hielo tú mismo (también si vas a comprarlo), intenta optar por el mayor tamaño de cubito posible, ya que, cuanto mayor sea, más tiempo durará. Ni qué decir tiene que, si te encuentras al aire libre, es mejor elegir un rincón a la sombra y, si es posible, cubrir con algún tejido o material protector la zona de almacenamiento de alimentos fríos. Huye de las zonas de calor como barbacoas, parrillas, hornos, salidas de aire caliente... y del mismo modo ayudará colocar tus alimentos frescos cerca de fuentes de frío que ayuden a mantener la temperatura baja.
El papel de aluminio es otro buen aislante térmico: prueba a envolver el hielo en este material para conseguir que dure más tiempo. Otro consejo tiene que ver con las proporciones entre alimento o bebida y cantidad de hielo: cuanta más materia tengas que enfriar con el mismo hielo, antes se derretirá y menos durará el frescor. Por tanto, es preferible calcular de más y hacerte con bastante hielo como para reponer y mantener el frío el máximo tiempo posible.