El cine ha tardado mucho más tiempo en plasmar este asunto en sus películas, ya sean documentales o de ficción. No ha sido hasta el final del siglo pasado y, sobre todo, con la llegada del nuevo milenio, que el séptimo arte se ha concienciado realmente de la importancia de este asunto, que precisamente acaba de ser tratado por los hombres más poderosos del planeta.
Para acercarse al conocimiento de lo que es el cambio climático y asimilar que es necesario un giro en la acción del hombre, entre otras cosas, se pueden ver películas. Algunas de ellas son de ficción, otras estrictamente documentales y también existe la posibilidad de acercar esta conciencia a los niños a través del cine de animación.
El cine de ficción sobre el cambio climático
Uno de los directores que más veces se ha planteado el calentamiento global en su cine ha sido Roland Emerich, en cuyas películas 'El día de mañana' y '2012' aborda este asunto directamente.
En la primera de ellas, 'El día de mañana' producida en 2004, el climatólogo Jack Hall apunta que el calentamiento global puede desencadenar un cambio climático irreversible. Las perforaciones llevadas a cabo en la Antártida han demostrado que ya ocurrió hace miles de años. Hall avisa a los principales dirigentes políticos para que tomen medidas, pero ya es demasiado tarde y una serie de anómalos fenómenos climáticos se producen en diferentes lugares del planeta: vientos huracanados arrasan Hawai, bolas de granizo del tamaño de una naranja machacan Tokio, la nieve hace acto de presencia en La India y la ciudad de Los Ángeles es arrasada por los tornados. Al derretirse la capa de hielo polar, los océanos reciben demasiada agua y esto afecta directamente a las corrientes marinas, lo que desestabiliza el clima.
En '2012', que data de 2009, Emerich se basa en la historia del calendario maya, que pronosticaba el fin del mundo en el mismo año del título de la película. Desde entonces, en el largometraje esta teoría ha sido confirmada por los astrólogos, por los numerólogos que han encontrado patrones predictivos y por geólogos que confirman que el fin está cerca. Lo que sucede una vez que llega '2012' son una serie de desastres naturales: erupciones volcánicas, terremotos, tifones, glaciares que inundan las ciudades.
Roland Emerich está especializado en cine de catástrofes y es verdad que es bastante tremendo, pero basta echar un vistazo a los telediarios, donde periódicamente asistimos a inundaciones, terremotos y huracanes con efectos devastadores, para ver que sus películas no están tan alejadas de la realidad.
Si nos paramos en 'El Amanecer del Planeta de los Simios', la película de 2014 dirigida por Matt Reeves, explica la relación del hombre con la naturaleza, la explotación animal y la búsqueda de la eternidad del hombre. Este filme da cuenta, a través de la ficción, del sentimiento de superioridad de la humanidad y cómo ésta afecta a la vida de otras especies y de la propia existencia humana.
'Avatar' (2009), la película más cara y taquillera de todos los tiempos dirigida por James Cameron, es sobre todo una historia de amor y de liberación, ya que un grupo de nativos perfectamente integrados en su entorno natural luchan para liberarse del expolio de la ambición sin límites de una corporación minera de humanos. Es decir, nosotros. Una compañía dispuesta a acabar con la naturaleza con el vil objetivo económico. Algo que ya hemos visto en la vida real, en la que los pueblos indígenas son arrasados y expoliados por ocupar territorios llenos de petróleo, minerales estratégicos, bosques susceptibles de convertirse en madera y, posteriormente en pasto para hacer crecer piensos y engordar "futuras hamburguesas" de cadenas de comida rápida. En la película, la corporación no duda en utilizar una avanzada tecnología biotecnológica.
La denuncia del cambio climático a través del documental
Sin duda, la manera más directa y explícita de avisar sobre los peligros de las emisiones de CO2 y el cambio climático es a través del documental y en este sentido destacan algunas películas con un mensaje nítido, claro y fácil de comprender.
'La hora 11', una película creada y narrada por Leonardo di Caprio y dirigida por Leila Conners Petersen y Nadia Conners, cuenta el último momento en el que es posible cambiar. Explora cómo ha llegado la humanidad al momento actual (la película es de 2007): cómo vivimos, qué impacto producimos sobre los ecosistemas y qué podemos hacer para cambiar nuestra trayectoria. Expertos dialogan con científicos, pensadores y los líderes más importantes del momento. Se trata de una mirada sobre la crisis ecológica actual, que se concreta en fenómenos como la sequía, el hambre, las inundaciones o la lluvia ácida, entre otras consecuencias del cambio climático. Además, aporta soluciones que se pueden aplicar inmediatamente.
'Una verdad incómoda', el documental de 2006 dirigido por Davis Guggenheim, narra cómo los seres humanos estamos sentados en una bomba de relojería. El filme es de hace casi 10 años y afirmaba que según los científicos en ese momento quedaban 10 años para evitar que el clima del planeta entrara en una espiral destructiva con temperaturas extremas, inundaciones, sequías, epidemias y oleadas de calor hasta ahora desconocidas. Un desastre con un único culpable: el hombre. El documental relata la historia de Al Gore, que tras caer derrotado en las elecciones de 2000 pasa a dar un giro a su vida e intentar salvar el planeta.
'No Impact man' (2009) sigue al neoyorquino Colin Beavan y su familia intentando cambiar su lujoso estilo de vida en la 5ª Avenida de Manhattan para pasar a vivir sin consumo de carburante fósil, y haciendo todo lo posible por reducir su impacto medioambiental.
En 'Earth' (2007), los creadores de la película 'Deep Blue' realizan un apasionante viaje por la Tierra, de norte a sur y de este a oeste, pasando por todas las estaciones, para relatar los contrastes entre los distintos lugares de la Tierra. Las condiciones de vida de algunas especies animales y su comportamiento se plasman en extraordinarias imágenes en esta película. Dirigida por dos veteranos documentalistas de la BBC, tardó cinco años en rodarse. Un trabajo brutal que logra mostrar la belleza del reino animal y que, al mismo tiempo, alerta sobre su progresivo y preocupante peligro de desaparición.
En el documental francés 'Home' (2009), su director, Yann Arthus-Bertrand, cuenta con sus imágenes inéditas de más de 50 países vistos desde el cielo cómo hay que reconstruir un edificio que nos hemos cargado nosotros mismos a través de nuestras actividades de impacto ambiental.
El cine de animación también se involucra en el mensaje ecologista
No todo el cine de animación está destinado a los niños ni el cine destinado a los niños tiene por qué no contener un mensaje de concienciación sobre cualquier causa, en este caso el negro y polvoriento futuro que espera al planeta si los poderosos del mundo no le ponen remedio.
Es el caso de 'Wall-E'. Andrew Stanton planteó la primera parte de la película como un relato mudo de una Tierra arrasada sin rastro de vida en la que el robot protagonista es el único elemento de limpieza activo de un planeta ya dado por irrecuperable. Aún así, mucho más aterrador era el retrato de los seres humanos del futuro que se hacía en la segunda parte del filme: obesos, adictos a sus pantallas, narcotizados y pegados a sus sillones móviles en la estación espacial donde han quedado para la eternidad.
Remontándonos a 1992 encontramos 'Ferngully, el último bosque tropical', una coproducción de Hollywood con Australia, en la que se plasmaron las primeras ansiedades ecológicas de los años 90. Una comunidad de hadas en bikini que vive en una selva tropical lucha contra el proceso deforestación de su entorno.
Más reciente, de 2012, es 'El Lórax, en busca de la trúfula perdida', en la que un muchacho intenta enamorar a la chica de sus sueños. Para conseguirlo, investiga la historia de Lorax, una dulce y gruñona criatura que lucha por salvar un mundo en vías de extinción.
El mensaje de que debemos proteger nuestra planeta y dejarlo habitable para generaciones venideras no debe caer en saco roto y todas las vías de comunicación, el cine en sus diversos géneros y formatos incluido, no debe escatimar esfuerzos a la hora de expandirlo. Solo falta que los poderosos lleguen a un acuerdo de verdad: uno que se comprometan a cumplir.