Gastronomía obrera: el restaurante jerezano que te da de comer a paladas

  • Por 24,89 euros Agustín ofrece 24 botellines y una pala de comida

  • Tienen que advertir a muchos clientes para que no pidan demasiada comida

  • Todos los precios acaban en 9

Agustín Hurtado posa para el fotógrafo con una pala y una carretilla. Son sus herramientas de trabajo. Las mismas de muchos de sus clientes. Pero Agustín no trabaja en la construcción. Lo suyo, desde los veinte años, es la hostelería, y a golpe de pala está tratando de salvar su negocio en esta pandemia. Comida contundente, servida a precios contundentes, en una contundente pala de obra. Gastronomía obrera para trabajos en los que se gasta tanta energía, como comida hace falta para sobrellevarlos.

"Aquí ponemos platos que llenan y la pala para servirlos es el símbolo del obrero, de gente que necesita comer comidas contundentes", explica Agustín. ¿Gastronomía obrera?. "Bueno, depende de lo que pongamos en la pala, pero normalmente son platos fuertes", responde.

"Aquí ponemos platos que llenan y la pala para servirlos es el símbolo del obrero, de gente que necesita comer comidas contundentes"

Y, como corresponde a una vajilla tan particular, platos servidos en cantidades abundantes. En la cocina, Rosa, un par de años trabajando con Agustín, prepara una pala de chistorra. Un montón de patatas fritas, revueltas con huevo y coronadas por una abundante lluvia de ese embutido.

"Aquí nadie se queda con hambre, todo el mundo se va satisfecho", dice Rosa mientras la chistorra compone una peculiar bandera de España junto a las patatas. "Ponemos tanta comida que muchas veces hay que advertir a la gente, sobre todo la gente nueva que viene".

"Las palas hay mucha gente que no se la espera", añade Agustín. "Al ponérsela en la mesa pues les llama la atención. Algunos le echan fotos, porque es algo que no es común"

Nos habíamos olvidado de la carretilla. No, no es un objeto decorativo. En "A tu Antojo", que así se llama este generoso restaurante,los botellines para acompañar las palas llegan, cómo no, en otro icono de toda buena obra. Por 24,89 euros, llegan en ella 24 botellines, y una pala de la comida que elijas.

"Tenemos palas de patatas, de revueltos, de anetazo que es muy parecido al cachopo, de gulas", enumera este hostelero. "Aquí una persona puede venir tranquilamente a comer por 11 euros y come bien".

Y quien tenga un trabajo menos manual siempre puede tomar unas tapas, o algo más ligero. Menú del día ocho euros. Es la manera de Agustín de salvar el negocio, en una pandemia que ha llevado a dos de sus cuatro trabajadores a permanecer en ERTE.

"Estamos aguantando con los desayunos y los fines de semana", dice. "Si es verdad que ha bajado el tema del mediodía entre semana. Antes dábamos menús para más trabajadores, y ahora se nota".

"Aquí una persona puede venir tranquilamente a comer por 11 euros y come bien"

Una cosa más para salir de esta crisis. Todos los precios acaban en nueve. No hay otro motivo que llamar la atención de un cliente, que bastante sorprendido está ya ante la pala que acaban de ponerle encima de la mesa.