El método ha sido importado de Turquía y otros países asiáticos, donde es habitual usar estos peces, llamados 'garra rufa', aunque ya les dicen 'el pez doctor' por su eficiencia para sanar los pies llenos de callos y asperezas.
La historia del periódico británico habla de un salón de belleza en pleno Londres, donde la clientela se pone a merced de unos 150 pececillos que, en enjambre, se agitan entre sus pies.
Estas mini carpas se encargan de mordisquear los trocitos de piel que se acumulan en los pies. Con unos 50 euros, lo que cuesta el tratamiento, y unos 15 minutos de remojo, puede embellecerse con la novedosa técnica "natural".
La práctica utilizar las 'garra rufa' es muy antigua, desde hace 400 años en Turquía descubrieron que estos peces mordisqueaban la piel, dejándola muy suave y en mejores condiciones, incluso para los enfermos de psoriasis y ezcemas.
La saliva de los peces tiene una enzima con capacidades protectoras para la piel. Con esto no faltaba nada más que gente emprendedora que montara el negocio.
En EEUU ya está ganando adeptos Vips e incluso ha vencido los estrictos controles sanitarios que al principio no los veían con muy buenos ojos. ¿Duele? Es la pregunta de los curiosos.
Pues no. "Hace muchas cosquillas", dice una de las clientes británicas. "Tenía curiosidad por saber qué se sentía".
El salón atrae a los niños, a muchos hombres y mujeres, aunque los menores tienen que venir acompañados por un adulto, porque siempre quieren jugar con los peces.