Francisco González era detenido esta mañana tras presenciar los registros de sus depósitos ilegales. Mientras los guardias de los tedax sacaban 22 kilos de pólvora y 1.150 kilos de azufre y nitrato potásico, el acelerante que utilizaba ETA, el pirotécnico estaba en los brazos de sus hijas, que le sostenían. Habían descubierto su negocio clandestino; fabricaba fuera de control y vendía en negro. Una irresponsabilidad, ha dicho el Delegado del Gobierno, sorprendente en un hombre que sabe de la peligrosidad de los materiales que almacenaba junto a las casas.
Materiales como 500 kilos de pólvora y 90 artefactos pirotécnicos, ya preparados, en un segundo zulo hallado gracias al vecino que le ha perseguido durante años con denuncias. Aunque no todas fueron oídas. Este fin de semana el vecino no enseñaba las propiedades de González donde siempre había sospechado que escondía mercancía ilegal y peligrosa. Ya avisó de cómo salían camiones de la fábrica 'La Gallega', cargados con productos explosivos, hacia otros depósitos. Pero enredados en el litigio urbanístico que iba a llevar a la demolición de dos casetas ilegales de 'La Gallega', nadie se percató del negocio paralelo montado por el pirotécnico.
Aunque la juez lo dejó en libertad con cargos, el pirotécnico ocultó los zulos y lo único que reconoció ante los agentes de la Guardia Civil que lo interrogaron es cuando ya estaba acorralado; dijo que guardaba una tonelada de nitrato potásico y 200 litros de gasoil en el deposito que explotó. La Guardia Civil busca los artefactos que pudieron iniciar el fuego y que él no ha confesado.