Las mil caras del autismo: "Bajo esa misma denominación hay personas muy distintas"

Cada 2 de abril se conmemora el Día Mundial del Autismo
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MadridCuando se habla de autismo, muchas personas imaginan a un niño pequeño con dificultades en la comunicación y la interacción social, quizás con necesidades de apoyo muy visibles. Pero esta imagen, aunque real para algunos, es solo una de las muchas formas en las que se presenta el autismo, una condición del neurodesarrollo que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral.

Este año, la Confederación Autismo España ha centrado su campaña por el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo (2 de abril) en una idea clave: el autismo se presenta de infinitas formas. Desde aquellos cuyo diagnóstico pasa desapercibido hasta quienes requieren apoyos más extensos en su día a día. Cada una de las 500.000 personas diagnosticadas en España con trastorno del espectro autista (TEA) son diferentes y tienen sus propias capacidades, necesidades e intereses.

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"El autismo está presente desde el nacimiento y a lo largo de toda la vida", explica Guillermo Benito Ruiz, psicólogo del área de investigación de la Confederación Autismo España. "Las personas con autismo adultas siguen teniendo autismo, pero gracias a los apoyos y a las intervenciones psicoeducativas, van desarrollando capacidades que les permiten ser más autónomas y necesitar menos atención. Y esto no siempre se tiene presente".

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Así, mientras en la infancia puede ser prioritarios la atención temprana y los apoyos educativos, en la adultez las prioridades pueden girar en torno al empleo o la autonomía personal. "Por eso, nuestra campaña busca visibilizar que bajo esa misma denominación hay personas muy distintas y con necesidades diferentes que cambian dependiendo de la etapa de la vida y el contexto en el que se encuentre", remarca Benito Ruiz.

Un compromiso de todos

Que las personas con autismo sean ciudadanos de pleno derecho no es solo una cuestión de políticas públicas, sino también de concienciación social. "Cada persona puede contribuir a reducir las barreras que enfrentan las personas con autismo desde su rol de ciudadano. Ya sea como vecino, compañero de clase o del trabajo", explica Guillermo.

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Muchas de las ayudas necesarias en la vida cotidiana pueden surgir de pequeños gestos. "Si la sociedad estuviera más sensibilizada con el autismo, muchas adaptaciones surgirían de forma espontánea, igual que hoy en día nos resulta natural ayudar a una persona con movilidad reducida", añade. "Es importante que sepamos que hay una parte de esas adaptaciones que tiene que ver con cada uno de nosotros. No podemos pedirle a la administración que resuelva todas las dificultades".

Educación y empleo: dos áreas clave

En cuanto a los aspectos que pueden abordarse desde otros ámbitos, Guillermo subraya que en el educativo se han logrado avances significativos en la inclusión de niños y jóvenes con autismo, pero aún quedan desafíos. "Todos los esfuerzos que se hagan en las primeras etapas ayudan a que las personas con autismo tengan una mejor evolución y autonomía. Desde la educación se puede dar un paso importante para que estas capacidades lleguen a maximizarse y no debemos escatimar los esfuerzos", subraya el experto.

El acceso al empleo es otro reto pendiente. "El diagnóstico de TEA no implica automáticamente la concesión de un grado de discapacidad o dependencia. Algunas personas con autismo son plenamente autónomas y no requieren apoyos externos, aunque eso no significa que no enfrenten dificultades añadidas", indica Guillermo.

Sin embargo, muchas de estas personas, aun estando capacitadas para trabajar, encuentran dificultades para acceder al mercado laboral. "Es clave hacer una buena valoración de sus fortalezas y necesidades para buscar puestos de trabajo adecuados, ya que las dificultades de cada persona pueden ser muy distintas", señala Guillermo. "En otras discapacidades, sí que hay una mayor cultura de aproximar el puesto de trabajo a las capacidades o a las posibilidades de cada persona, pero en el autismo tenemos que avanzar bastante todavía".

El papel de la concienciación

Por ello, uno de los principales desafíos sigue siendo la concienciación. “Si la sociedad conoce mejor el autismo, será más fácil generar entornos inclusivos y ofrecer los apoyos necesarios", concluye Guillermo. "No se trata solo de los profesionales, sino de todos nosotros, en nuestros distintos ámbitos de la vida cotidiana".

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