Estudios

La microbiota intestinal se perfila como clave en la detección temprana del Alzheimer, según un estudio

El intestino y sus bacterias juegan un papel más relevante del que se pensaba en la salud cerebral. UGF
  • Un estudio revela diferencias microbianas en personas con predisposición genética

  • Los hallazgos podrían abrir la puerta a nuevas estrategias de prevención

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La microbiota intestinal podría convertirse en un aliado inesperado para anticipar el riesgo de Alzheimer, según un estudio de la Universidad Francisco de Vitoria junto con la Universidad Complutense y la Universidad Europea de Madrid.

El trabajo analizó a 77 adultos sanos, de entre 18 y 48 años, con estilos de vida controlados y genotipados para el alelo APOE. Los portadores de APOE4, considerado el principal factor genético de riesgo, mostraron hasta cinco veces menos bacterias del género Megamonas, además de una reducción significativa de Eubacterium brachy, microorganismos vinculados al metabolismo energético y a la regulación del tejido adiposo.

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Diferencias metabólicas en la microbiota

“Estas diferencias microbiológicas podrían reflejar adaptaciones metabólicas tempranas relacionadas con el riesgo genético de Alzheimer, que aparecen mucho antes de que existan síntomas o alteraciones cerebrales detectables”, explica la investigadora principal del estudio en la UCM, Mar Larrosa.

El equipo también detectó un incremento en las rutas bacterianas que producen carotenoides, pigmentos antioxidantes que suelen estar en menor concentración en portadores de APOE4, y una mayor degradación de la trehalosa, un azúcar con función neuroprotectora.

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Posibles biomarcadores tempranos

“El aumento en la producción de carotenoides podría interpretarse como una adaptación de la microbiota intestinal frente al mayor estrés oxidativo que acompaña al gen APOE4. Sin embargo, el aumento del metabolismo bacteriano de la trehalosa podría disminuir su disponibilidad en el organismo, lo cual paradójicamente reduciría su potencial neuroprotector y podría tener un impacto negativo en la salud cerebral a largo plazo”, apunta Carlo Bressa, investigador de la UFV y coautor del trabajo.

Los científicos sostienen que estas diferencias microbianas podrían servir como biomarcadores no invasivos para identificar a personas con riesgo genético de Alzheimer, lo que abriría vías hacia una prevención personalizada, con intervenciones dietéticas o probióticos dirigidos.

Se necesitan más estudios

Pese al entusiasmo, los expertos advierten de que estos resultados deben confirmarse en cohortes más grandes y diversas antes de aplicarse en la práctica clínica. Todavía no está claro si los cambios en la microbiota son causa directa, respuesta temprana o ambas cosas a la vez.

Lo que sí remarcan los autores es que el intestino y sus bacterias juegan un papel más relevante del que se pensaba en la salud cerebral, lo que convierte a la microbiota en un campo prometedor para la investigación futura.