Descubren cómo el glutamato impulsa el crecimiento del tumor cerebral más común en niños
Un estudio desvela una posible vía terapéutica contra el astrocitoma de grado I, el cáncer cerebral más común en niños
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El glutamato, un neurotransmisor en el sistema nervioso central, podría estar relacionado con el crecimiento del tumor cerebral más común en niños, el astrocitoma de grado I, lo que abre una nueva diana terapéutica, según un estudio publicado en la revista Neuron.
Científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, han identificado cómo las interacciones entre neuronas y células cancerosas en el cerebro, en partes mediadas por el glutamato, pueden impulsar el crecimiento tumoral.
El astrocitoma de grado I, o astrocitoma pilocítico, es un tumor cerebral que representa un 15% de los casos. Frecuentemente ocurre en niños, especialmente en el cerebelo o el tronco del encéfalo. Se caracteriza por un crecimiento lento, células poco diferentes a las sanas y, en general, un buen pronóstico con la extirpación completa (principalmente con abordaje quirúrgico). Aunque no suele ser mortal, puede afectar gravemente al desarrollo y la calidad de vida de los niños si crece sin control.
Hasta ahora se sabía que neurotransmisores elaborados por las neuronas, como el glutamato, favorecen el crecimiento tumoral, pero no estaba claro el mecanismo interno que conecta esa señal neuronal con la proliferación de las células cancerosas.
Ahora, esta investigación liderada por David Gutmann, director del Centro de Neurofibromatosis de la WashU Medicine, ha descubierto que este neurotransmisor, que normalmente utilizan las neuronas para comunicarse, también puede alimentar el crecimiento del astrocitoma pilocítico.
Han demostrado en ratones que las células tumorales "aprovechan" el glutamato para activar una serie de señales internas que las hacen multiplicarse más rápido.
Una posible diana terapéutica
Además, los científicos comprobaron que al bloquear esas señales con fármacos específicos, el crecimiento del tumor se frena.
Este hallazgo no solo ayuda a entender mejor cómo se desarrolla este tipo de cáncer infantil, sino que abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas dirigidas a las vías de señalización activadas por el glutamato.
Para poder continuar con los siguientes pasos se necesitarán ensayos clínicos para comprobar si los fármacos analizados en el modelo de ratón son seguros para su uso en niños con tumores cerebrales y en qué dosis serían eficaces.