El síndrome del atrapamiento del nervio pudendo, una desconocida enfermedad que provoca un dolor insoportable al sentarse
La neuropatía del nervio pudendo se percibe en forma de descargas eléctricas y en unas molestias casi insoportables al sentarse
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La neuropatía del nervio pudendo, también conocida como neuralgia o atrapamiento del nervio pudendo, es una enfermedad que produce un dolor pélvico crónico. Se trata de una patología infradiagnosticada y cuya incidencia no está bien establecida, destaca la doctora María Dolores Sánchez Gallego, experta en Urología Funcional-Femenina y Urodinamia, en Roc Clinic.
El atrapamiento del nervio pudendo fue descrito por primera vez en París en 1987, a un paciente que practicaba ciclismo, por el doctor Pierre Amarenco. La Clínica Itza señala que, de cada 100 casos con dolor pélvico crónico, entre un 2% y un 3% serán por atrapamiento del nervio pudendo y requerirán una cirugía descomprensiva.
El nervio pudendo se origina en las raíces nerviosas S2, S3 y S4, pasa por el foramen ciático mayor, reingresa en la pelvis a través del foramen ciático menor y alcanza el canal pudendo o de Alcock, según indica la web de la Clínica Universidad de Navarra.
Además, apunta que es responsable de las funciones sensoriales en los genitales externos y del control motor de los músculos del suelo pélvico, contribuyendo a funciones como la micción, la defecación y la función sexual.
Síntomas y diagnóstico de la enfermedad
Los síntomas de la neuropatía del nervio pudendo varían dependiendo de la región afectada y la severidad de la compresión, la cual termina produciendo, si se prolonga en el tiempo, una posible atrofia y debilidad de la musculatura del suelo pélvico.
Produce de manera característica un dolor neuropático, que se percibe en forma de descargas eléctricas y en unas molestias casi insoportables al sentarse. Es una enfermedad muy incapacitante para quien la sufre, impidiendo llevar una vida normal y generando un importante estado de depresión y ansiedad.
Por lo general, se trata de un dolor unilateral que puede aliviarse al estar de pie, recostado o tumbado. También causa una sensación punzante, de entumecimiento o de hipersensibilidad en las áreas inervadas por el nervio. Otros síntomas son la disfunción urinaria o fecal y el dolor durante las relaciones sexuales.
Dichas molestias físicas aparecen típicamente en ano, periné, genitales femeninos, genitales masculinos y recto y se puede irradiar a zonas próximas como son el sacro o los glúteos. En el caso de la mujer, resalta la Clínica Itza, puede dar lugar a la vulvodinia.
El diagnóstico de esta dolencia resulta todo un desafío debido a la superposición de síntomas con otras patologías pélvicas. No obstante, pueden incluir:
- Historial clínico: evaluación de síntomas como dolor perineal y disfunción urinaria o fecal.
- Estudios electrofisiológicos: para analizar la conducción nerviosa.
- Pruebas de imagen: resonancia magnética o ecografía para identificar compresiones o lesiones.
Cómo tratar las patologías del nervio pudendo
El tratamiento de la neuropatía del nervio pudendo cambia en función de la severidad de los síntomas y de la respuesta a las terapias iniciales, como puede ser el bloqueo del mencionado nervio mediante inyecciones de anestésico local para aliviar las molestias.
También se pueden inocular esteroides o toxina botulínica con el fin de reducir la inflamación y el espasmo muscular, detalla la doctora Sánchez Gallego. Además, se pueden administrar analgésicos, antidepresivos tricíclicos y otros fármacos para el dolor neuropático.
Asimismo, pueden resultar beneficiosas tanto la fisioterapia pélvica (ejercicios para la relajación del suelo pélvico) como la neuromodulación (técnicas como la estimulación de nervios periféricos o la radiofrecuencia pulsada para interrumpir las señales de dolor).
En los casos más severos de compresión y cuando otros tratamientos no hayan sido efectivos, se debe recurrir, como manifestamos anteriormente, a la cirugía. La operación del nervio pudendo puede realizarse, explica la Clínica Itza, bajo tres abordajes: vía transglútea, vía transperineal y vía laparoscópica o robótica.
Para finalizar, subrayar que un diagnóstico preciso y un manejo por un equipo multidisciplinar experimentado (urología, rehabilitación, ginecología, neurología y fisioterapia) es clave para mejorar los síntomas que merman considerablemente la calidad de vida de estos pacientes.