Enfermedades

La inteligencia artificial, una revolución frente a la esclerosis múltiple: "Permitirá diagnosticar y descubrir fármacos más rápido"

Paciente y médico agarrados de la mano. PEXELS
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La esclerosis múltiple es una enfermedad neurológica crónica con la que conviven más de 55.000 personas en España y cada año se diagnostican alrededor de 2.000 nuevos casos.

Esta patología afecta al cerebro y la médula espinal, provocando síntomas muy variables en tipo e intensidad, según las áreas del sistema nervioso central dañadas, siendo una de las principales causas de discapacidad en adultos jóvenes (suele debutar entre los 20 y los 40 años).

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Jacobo Caruncho, paciente de esclerosis múltiple, desea que "los diagnósticos se acorten y las nuevas generaciones no tengan que pasar por el calvario de incertidumbre que vivimos muchos hasta que le ponemos nombre". Y es que el retraso medio en el diagnóstico y tratamiento se sitúa entre uno y dos años, y puede alcanzar hasta los tres en al menos un 20% de los pacientes, según la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Ante estos grandes retos, la inteligencia artificial (IA) supone una gran oportunidad. Está transformando la forma de investigar y tratar las enfermedades neurológicas, entre ellas la esclerosis múltiple.

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La IA tiene un potencial para acelerar el descubrimiento de fármacos, mejorar el diagnóstico y devolver tiempo de atención humana a los pacientes. Así lo han puesto de manifiesto los expertos durante el EMfestival, un acto organizado por la Fundación Esclerosis Múltiple Madrid, con la colaboración de Sanofi y la Fundación Ramón Areces.

Del diagnóstico a la personalización de tratamientos

Lucienne Costa-Frossard, neuróloga especialista en esclerosis múltiple del Hospital Ramón y Cajal, aseguró que "estamos viviendo una revolución en la investigación de la neurología con la inteligencia artificial". Según explicó, esta tecnología "va a ampliar nuestra visión como neurólogos y hacernos mucho más eficaces".

Entre los principales avances, la experta destacó que la IA permitirá descubrir fármacos de manera más rápida, reducir el tiempo de los ensayos clínicos y unificar información procedente de distintas fuentes —clínicas, radiológicas y biológicas—, lo que facilitará detectar la progresión de la enfermedad en fases muy iniciales.

Además, Costa-Frossard subrayó el impacto positivo que puede tener en la práctica médica diaria: "Ya hay hospitales que han incorporado escritores inteligentes que escuchan la conversación médico-paciente y redactan la historia clínica o piden analíticas. Si conseguimos automatizar esa burocracia, podremos volver a mirar a los pacientes a los ojos y recuperar la parte humana que nos llevó a la medicina".

Carmen Tur, neuróloga del Hospital Universitario Vall d'Hebron e investigadora Miguel Servet en el Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Cemcat), destacó el papel de la IA en el análisis de neuroimágenes avanzadas, que permitirá detectar signos de progresión o respuesta terapéutica antes de que sean visibles clínicamente. "En algunos ensayos clínicos ya se está utilizando, aunque todavía no en la práctica clínica", explicó.

En cuanto a la personalización de tratamientos, Tur señaló que ya existen estudios experimentales que emplean IA para predecir la respuesta de un paciente a un determinado fármaco antes de iniciarlo. "Sería ideal poder decirle al paciente 'no empiece este tratamiento, porque no le va a funcionar'. Aún no estamos ahí, pero nos acercamos", afirmó.

Desde el ámbito de la investigación, Diego Clemente, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED), reconoció que aún se desconoce el alcance real de la IA: "Estamos en una fase inicial, como quien contempla el Gran Cañón y no puede medir su magnitud. Pero el futuro es muy positivo".

El experto también destacó que la IA está acelerando los procesos de investigación básica: "Hoy en día hay algoritmos que te pueden diseñar más o menos fármacos dirigidos a una diana concreta o analizar proteínas en minutos. En el laboratorio, la usamos para automatizar el recuento de células o detectar patrones de comportamiento en modelos animales. Está revolucionando nuestra forma de trabajar".

Cambios a corto plazo

A cinco años vista, los expertos coinciden en que el cambio más visible se notará en el diagnóstico por imagen y en la identificación de biomarcadores. "Algunos neuropatólogos ya utilizan modelos de IA para detectar lesiones, lo que les permite centrarse en el análisis más complejo", apuntó Tur.

Clemente destacó, además, que la inteligencia artificial permitirá reducir el número de animales de experimentación, al poder predecir cómo funcionarán los experimentos. A Jacobo, como paciente, además le gustaría que "se trabajase en utilizar la IA para crear herramientas y aplicaciones para el día a día de las personas con esclerosis múltiple".

Un futuro prometedor, pero con cautela

Aunque todos los expertos coincidieron en el potencial transformador de la IA, también subrayaron la necesidad de usarla con responsabilidad. "Cuando estas tecnologías lleguen a la práctica clínica tendremos que aumentar nuestra capacidad crítica y ética frente a la respuesta fácil de la tecnología", advirtió Tur.

Por su parte, el paciente activo Jacobo Caruncho hizo un llamamiento a mantener una visión ética: "Hay que recordar que detrás de cada número hay una persona. Espero que la eficiencia que aporte la IA se traduzca en más empatía y escucha, no en menos tiempo de consulta".

Costa-Frossard añadió que "la IA requiere regulación y pensamiento crítico", mientras que Clemente recordó que "aunque ChatGPT y otras herramientas son útiles, siempre hay que contrastar la información con los profesionales de la salud". También alertó sobre los riesgos de manipulación de resultados científicos: "Es un reto bioético que debemos tener muy presente".

Finalmente, Costa-Frossard concluyó con una reflexión que resume el espíritu del encuentro: "La inteligencia artificial es una oportunidad y nos va a facilitar la vida en muchos aspectos, pero nunca debemos dejar de usar la inteligencia natural. La IA debe estar a nuestro servicio, y no al contrario".