Obesidad

Así cambia la grasa corporal: las 'cartucheras' pueden ser beneficiosas pero otros tipos pueden ser peligrosos

Mujer obesa
Mujer obesa. E.P
  • Entender el cambio hormonal en la mujer es imprescindible para controlar la grasa acumulada

  • La acumulación de grasa no es la misma en mujeres que en hombres

Compartir

La distribución de la grasa corporal es algo que debe estar controlado en la medida de lo posible. En el caso de la mujer, y antes de la menopausia, la distribución de la grasa femoroglútea, lo que se conocen como 'cartucheras', puede ser beneficiosa, a diferencia de otros tipos de grasa que pueden llegar a causar estragos en la persona.

Con el cambio hormonal, los depósitos de grasa en la mujer cambian, pudiéndose desplazar al abdomen y aumentando el riesgo metabólico. Especialistas en este campo, tratan de explicar cómo identificar este cambio y qué estilo de vida ayuda a frenarlo.

PUEDE INTERESARTE

Entender y gestionar el cambio hormonal

Para comprender todo este proceso hormonal, Gema Frühbeck, directora del Laboratorio de Investigación Metabólica, y codirectora del Área de Obesidad de la Clínica Universidad de Navarra de Pamplona, contesta a la cuestión relacionada con la idea de si una persona con un IMC normal puede tener un exceso de grasa interna que pueda llegar a ser peligrosa, señalando que en ocasiones este marcador pueda inducir al error desencadenando en tal situación.

"Sí se puede dar la circunstancia de que tengamos un IMC normal pero que luego, cuando haces el estudio de la composición corporal, la persona tenga más grasa de la establecida para su sexo y condiciones. Y no sólo es cuánta grasa tengas, si no también dónde se localiza. Habitualmente la grasa se localiza a nivel subcutáneo, debajo de la piel, y a nivel visceral o intraabdominal", relata la también jefa de grupo del CIBEROBN o Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición.

PUEDE INTERESARTE

 En este sentido, el doctor Francisco José Tinahones Madueno, coordinador del programa de obesidad del CIBEROBN, y nuevo presidente de la Sociedad Española de Endocrinología (SEEN), parte de la idea de que la obesidad es un exceso de acumulo de grasa, si bien advierte como la doctora Frühbeck de que el peso a veces nos engaña.

Como ejemplo, el doctor cita el caso de un culturista, que tiene un exceso de peso, aunque este es a base de la masa muscular: "Lo definiríamos como 'obeso' si sólo nos fijáramos en el peso. De la misma forma, ocurre en algunos sujetos con peso normal, en quienes ese peso es sobre todo a expensas de un aumento de grasa. Por tanto, ese sujeto no está sano, y si ese exceso de grasa ocurre en el abdomen principalmente es todavía más deletéreo para la salud".

El peligro de la lipotoxicidad

La investigadora clínica de la Clínica Universidad de Navarra avisa de que el tejido adiposo situado en la zona de los glúteos, las conocidas como 'cartucheras', con un mayor predominio en las mujeres, no conlleva un riesgo cardiometabólico, "e incluso se ha visto que puede tener un efecto protector".

Ahora bien, ambos especialistas coinciden en que la grasa acumulada a nivel abdominal sí presenta un riesgo metabólico, y por tanto, estas personas tienen un mayor riesgo de padecer un infarto, hipertensión arterial, un accidente cerebrovascular, o diabetes tipo 2, entre otras patologías cardiovasculares.

"Cuando estos depósitos de grasa intraabdominal están superados se deposita la grasa en otros órganos donde no debería estar; lo que se conocen como 'depósitos ectópicos', y estos suelen ser el hígado, el páncreas, el músculo, o el corazón, por ejemplo, zonas en las que realmente no debería haber grasa. En consecuencia, puede darse un hígado graso, por ejemplo, lo que se define como 'lipotoxicidad', de manera que la grasa en esos órganos generan una toxicidad para el cuerpo que favorece el desarrollo de todas esas complicaciones asociadas a la obesidad", remarca la doctora Frühbeck.

Efectos de la menopausia

Para entender dónde se encuentre la grasa, el nuevo presidente de la Sociedad Española de Endocrinología (SEEN) aclara primero que la distribución cambia entre los hombres y las mujeres: "Las mujeres antes de la menopausia acumulan la grasa repartida por todo el cuerpo con predominio de glúteos y de piernas; mientras que los hombres tienen tendencia a acumularla en el abdomen. A partir de la menopausia tanto hombres como mujeres tienen tendencia a acumularla en abdomen. Esta regla no se cumple al 100%, ya que encontramos mujeres premenopáusicas con distribución de grasa central, y en hombre femoroglútea. La acumulación de la grasa central o abdominal es metabólicamente más peligrosa, siendo el ejercicio uno de los factores clave".

Más concretamente, en el caso de la mujer, la doctora Frühbeck indica que, en la menopausia, al producirse ese cambio en la distribución de la grasa corporal, la grasa a nivel subcutáneo que, de inicio, podía tener cierto papel protector, puede pasar a nivel visceral, y por eso en esta etapa aumenta el riesgo cardio-metabólico de la mujer.

"Cuando el tejido adiposo aumenta de tamaño, vamos guardando todo el exceso de energía. Este tejido necesita estar muy bien irrigado pero, si el crecimiento es muy rápido y notable, llega un momento en el que los vasos sanguíneos que deben llevar el oxígeno a estas células no dan abasto. Esto lleva a la aparición de hipoxia o falta de oxígeno, resultando en una inflamación en el tejido adiposo que, si avanza, puede dar lugar a una fibrosis o a una mayor rigidez del mismo, pero también a una inflamación de grado bajo a nivel general", avisa la experta de Clínica Universidad de Navarra y del CIBEROBN.

Personas obesas pero “metabólicamente sanas”

Tal y como recuerda el doctor Tinahones, del CIBEROBN y nuevo presidente de la SEEN, también está el caso de aquellas personas que, a pesar de tener obesidad, tardan más tiempo en desarrollar diabetes, hipertensión, y alteraciones de los lípidos.

"No hay ninguna obesidad sana. Estos sujetos que tienen obesidad y no tienen un problema metabólico también acortan su esperanza de vida con respecto a los 'normopeso'. Además, la obesidad provoca más de 200 alteraciones y, aunque no tengan problemas metabólicos, sí tienen problemas articulares, más riesgo de cáncer, y un largo etcétera", manifiesta el doctor.

Con todo ello, el experto determinó que para 'activar' la grasa para quemar más energía "desgraciadamente" no había herramientas terapéuticas para utilizar en pacientes, aunque hay mucha investigación en esta área. "Lo que sí tenemos es magníficas herramientas terapéuticas para disminuir el apetito y conseguir pérdidas de peso superiores al 20%", concluye el doctor Francisco José Tinahones Madueno, coordinador del programa de obesidad del CIBEROBN.