Salud mental

La Navidad también pesa: un psiquiatra explica cómo gestionar la tristeza y el estrés en estas fechas

El método de un psiquiatra para reducir el estrés emocional en estas fechas
El método de un psiquiatra para reducir el estrés emocional en estas fechas. PEXELS
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La tradición —y también el marketing— nos empuja a la idea de que la Navidad debe ser sinónimo de alegría, risas y unión. Sin embargo, ese relato no siempre encaja con la experiencia real de muchas personas durante estas fechas. Lo vivido a lo largo del año no desaparece de forma automática porque llegue la Navidad, ni las emociones se transforman en positiva porque estemos en una fecha específica en el calendario.

El psiquiatra Javier Quintero, jefe de Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Infanta Leonor y profesor titular de Psiquiatría en la Universidad Complutense de Madrid, recuerda que es normal experimentar emociones encontradas en las celebraciones familiares navideñas y que reconocerlas es el primer paso para gestionarlas.

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En este sentido, explica que la Navidad despierta emociones que van mucho más allá de la alegría y, aunque estas fechas suelen asociarse a ilusión, reencuentros y momentos especiales, para muchas personas también viene acompañada de estrés y tensión emocional.

Preparar comidas para toda la familia, convivir con personas con las que no siempre existe una buena relación o enfrentarse a esa silla vacía puede convertir estas fiestas en un periodo especialmente vulnerable.

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Las cuatro recomendaciones principales

Por ello, hace una serie de recomendaciones que pasa por:

  1. Cambia tu papel en las dinámicas familiares: identifica los roles que se reactivan en tu familia, cambia la parte del guion que más te molesta, introduce pequeñas pausas y respira antes de contestar. Ese cambio en tu reacción modifica la energía de la situación y reduce la tensión general.
  2. Reduce la carga y reparte responsabilidades: evita hacerte cargo de todo y asigna tareas antes de que empiece el caos, permite que otros colaboren, haz las cosas con calma, no todo tiene que ser perfecto y busca un momento a solas para recargar energías.
  3. Recupera la ilusión conectando con lo que te emocionaba de niño: repite gestos sencillos que te hacían feliz. Acciones como poner luces o ver una película especial reactivan circuitos de motivación y liberan dopamina, ayudando a recuperar la energía y la esperanza, además de conectar con tus recuerdos, tus vínculos y lo que te importa, despertando la ilusión de forma natural.
  4. Acompaña la tristeza por quienes ya no están: no te obligues a estar bien y permítete sentir tristeza, enfado o ganas de estar solo, porque aceptar la emoción reduce la presión de tener que aparentar felicidad, recuerda a la persona ausente con un gesto, y que el dolor crece cuando intentamos evitarlo, y cuídate tú.