Artritis, bursitis, tendiditis: el dolor de rodillas y sus causas


¿Por qué nos duelen las rodillas? Conoce las causas más frecuentes de este dolor y aprende a evitarlas
El dolor en las rodillas puede tener muchísimas causas posibles y, una vez que aparece, es importante no ignorar los síntomas y buscar la causa lo antes posible para evitar lesiones mayores. Los factores meteorológicos también influyen. En muchos casos puede tratarse de una lesión puntual, causada por una mala postura o gesto, un esfuerzo excesivo al hacer deporte... Sin embargo, existen enfermedades asociadas al dolor de rodillas que debemos descartar. ¿Cuáles son las causas del dolor
Causas del dolor de rodilla: dolencias más comunes asociadas a este dolor
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Aunque suele afectarnos en mayor medida al hacernos mayores, el dolor de rodilla Este dolor se asocia a lesiones concretas de mayor o menor gravedad, como una rotura de ligamento o un desgarro de cartílago. También a enfermedades como la artritis, la gota o incluso algunas infecciones. Lo más importante es identificar cuanto antes la causa y ponerse manos a la obra para encontrar soluciones.
Lo más habitual, tal y como recuerda Mayo Clinic, es que el dolor leve tenga que ver con una falta de cuidado, y puede solucionarse acudiendo a un fisioterapeuta o utilizando algún dispositivo de inmovilización o cremas y sprays para aliviar el dolor y la inflamación. Solo en casos graves se aconseja la cirugía.
En cuanto a los síntomas del dolor de rodilla, suelen incluir inflamación y rigidez, enrojecimiento y mayor temperatura al tacto, debilidad o inestabilidad, chasquidos o crujidos e incapacidad de enderezar completamente la rodilla. La situación se agrava (y se hace imprescindible visitar al médico) cuando no podamos soportar peso en la rodilla o sintamos inestabilidad en la articulación. También cuando tengamos una hinchazón especialmente marcada, cuando no sea imposible extender o flexionar completamente la rodilla, cuando veamos una clara deformidad en ella o cuando prendemos fiebre además de dolor e hinchazón.
Cuando la causa de un dolor de rodilla sea una lesión, el tratamiento variará en función de la lesión de que se trate. Ésta puede afectar a ligamentos, tendones o sacos llenos de líquido (bolsas sinoviales) que rodean la articulación de la rodilla, así como a huesos, cartílagos y ligamentos. Las fracturas, la lesión del ligamento cruzado anterior, el desgarro de menisco... son algunas de las lesiones de rodilla más comunes, así como la bursitis de la rodilla o la tendinitis rotuliana.
Cuando se trate de problemas mecánicos en la rodilla, es frecuente la dolencia de cuerpo suelto (desprendimiento de un fragmento de hueso o cartílago), así como el síndrome de la banda iliotibial (frecuente en corredores de fondo y los ciclistas) o dislocación de rótula. Esta afección ocurre cuando el hueso triangular (patela) que cubre el frente de la rodilla se desliza fuera de su lugar, por lo general, hacia afuera de la rodilla.
Otra causa frecuente del dolor de rodilla es la artritis, y existen muchos tipos asociados al dolor de rodillas: artrosis, artritis reumatoide, gota, artritis séptica... Otros posibles problemas pueden ser el síndrome de dolor patelofemoral, frecuente en atletas y adultos jóvenes. Para cada caso, el tratamiento será, lógicamente, diferente, y le corresponde a tu médico decidir cómo actuar en cada supuesto.
¿Cómo evitar el dolor de rodilla?
Si queremos mantener la salud de nuestras rodillas, hay varias cosas que podemos hacer, como evitar el sobrepeso, ya que éste hace que la presión que sufren nuestras rodillas a diario se encuentre por encima de lo aconsejable. Además, trabajar en nuestra salud muscular nos ayudará a que la sujeción de las rodillas mejore. Por ello, conviene mejorar tanto nuestra fuerza como nuestra flexibilidad muscular.
Del mismo modo, hay deportes más exigentes para las rodillas que otros. Por ejemplo, el esquí o el baloncesto pueden resultar más perjudiciales porque implican caídas, saltos e impactos sobre las rodillas. También determinados tipos de trabajo pueden ser más exigentes para esta articulación, sobre todo cuando impliquen agacharse a menudo y mantener posturas exigentes para las rodillas.
Las personas que ya hayan sufrido alguna lesión en sus rodillas son más propensas a sufrir nuevas lesiones en el futuro, por lo que este factor debe tenerse en cuenta a la hora de planificar nuestras actividades. Ten en cuenta que la prevención es la mejor receta para evitar el dolor de rodilla: haz que tu postura sea la correcta para protegerlas, tanto en tu día a día como en tu ocio, deporte, trabajo... y ten en cuenta tus necesidades específicas de fuerza y flexibilidad.