El matrimonio que hace menús a 5 euros, hundido por la inflación: "Lo hicimos para ayudar y ahora necesitamos ayuda"

Ana y Pablo frente a su negocio "Tortillería Anica" en Coslada.. Cedida a NIUS
  • Ana y Pablo han abierto un negocio de menús a cinco euros pero la guerra de Ucrania y la subida de precios han hecho que estén endeudados "por todas partes"

  • "Son menús baratos, saludables variados con productos de buena calidad, animamos a la gente a que venga a probarlos y así que no cierre otro negocio más en esa calle", dice Ana

  • Subida récord de los alimentos: ¿cuál se ha encarecido más en mi comunidad?

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MadridPablo García y Ana Gómez claman ayuda de los vecinos de Coslada para que su negocio no sea otro de los que se cierra en la céntrica calle Méjico, 29, Coslada (Madrid). "Ya han cerrado tres y nosotros, si seguimos así, es muy posible que no lleguemos a fin de año. Solo pensar que montamos un negocio para ofrecer menús a cinco euros de buena calidad para ayudar a los que no podían comer bien con la crisis y ahora en crisis estamos nosotros", explica Ana.

Ana y Pablo, matrimonio con tres hijos mayores, tienen 52 y 55 años. Tenían una ludoteca en Aranjuez y en la pandemia tuvieron que cerrarla. "La covid no nos dejó otra opción". Como tenían algunos préstamos y "unos ahorrillos" y muchos años por delante todavía, decidieron poner en marcha otro negocio. Investigaron, buscaron y lo vieron claro. Un negocio de restauración 'Tortillería Anica', que ofreciera pollos y tortillas a buen precio y además, un menú de primero, segundo y postre a 6 euros y si llevas dos menús, "solo 10 euros". "¿Dónde comes bien por seis euros?, creemos que es muy barato y sobre todo con buenos productos, saludables y variados. Aunque a mí me suban la carne que compro, decidimos no subirla nosotros... pero nos estamos hundiendo".

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Un problema detrás de otro

La historia del negocio se torció desde el principio, pero la ilusión estaba intacta. Encontraron el local, pidieron los permisos al Ayuntamiento de Coslada y empezaron a organizar. Aquí vino el primer problema. En agosto de 2021 los tenían todo hecho, el local alquilado y la reforma hecha, pero tuvieron que esperar seis meses hasta que les dieron la licencia para poder abrir el negocio. Todo estuvo parado seis meses sin un solo ingreso y mucho gasto. "El Ayuntamiento de Coslada tardó demasiado en dar la licencia, aunque estaban en fecha, pero eso a nosotros nos mató, ya empezábamos con pérdidas, una deuda de 5.000 euros", cuenta Ana.

En febrero cuando llegó la licencia para poder abrir tuvieron que pedir el primer favor. La familia y los amigos fueron los que, entre todos, les dejaron dinero para comprar la primera partida de comida. "A mí me encanta la cocina y lo hago muy bien", dice Ana.

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La guerra de Ucrania

Justo inauguraron el 24 de febrero, el mismo día que comenzaba la guerra de Ucrania. "Cuando empezamos con todo esto sabíamos que la crisis de la pandemia nos iba a costar pero no podíamos imaginar lo que venía. La guerra nos ha desajustado todo, precios, huelga de transportes, productos, gas, luz, los gastos son mucho mayores que los ingresos. Vendemos 15 menús o 20 al día, pero no es suficiente. Invitamos a todos los habitantes de Coslada a probar nuestros menús baratos y buenos, quizá si los clientes suben podamos sobrevivir", dice Ana con fuerza en la voz pero agotada.

Y las deudas trajeron más deudas. tuvieron que dejar de pagar autónomos para poder pagar los productos y el alquiler del local, eso les llevó a endeudarse con la Seguridad Social que les ha embargado las cuentas y cómo hay suficientes ingresos y la luz y el gas se han disparado y no han podido hacer frente al pago, les han mandado un aviso de que les van a cortar la luz el próximo 21 de noviembre. "Nos faltan cuatro días y nos vamos a pique", comenta Ana.

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300 euros al mes más de luz y gas

"Si no conseguimos algo de dinero en estos días se acabó, estamos desesperados, buscamos por los rincones cualquier cosa que nos haga tener algún ingreso. En las cuentas sí hay dinero, pero al estar embargadas no podemos acceder a él. La Seguridad Social nos dice que si no hay suficiente para hacer el pago completo de las deudas el dinero que queda inaccesible e inutilizable. Así que, el dinero está ahí quieto sin que se pueda usar para ir pagando cositas. Las cosas no son fáciles pero la administración no ayuda nada", se queja Ana.

"Mi marido se ha puesto a dar clases de guitarra por las tardes y yo de ingles para poder juntar algo de dinero y pagar la luz que debemos. El problema es que al principio nos costaba unos 140 euros la luz y el gas, pero los meses de julio y agosto el gasto se triplicó. Tengo productos frescos y tengo que tener las neveras encendidas y refrigeradas así que debemos 450 de julio y 500 de agosto y no hay forma de pagarlo", dice la dueña de Tortillería Anica. Es una pescadilla que se muerde la cola.

Quieren terminar 2022 y poder empezar el 2023

La ilusión se mantiene, aunque cada vez cuesta más sonreír cada día. "Tenemos muchos clientes que han fidelizado, que les gusta mucho la comida, que nos dicen que está muy bien de precio, pero necesitamos más. Ya sabemos que la situación es complicada para mucha gente que no tiene trabajo y la gente lo está pasando mal, por eso nos embarcamos en esta aventura. Eso sí, seguiremos luchando hasta el final. Tenemos esperanza. Queremos poder empezar el 2023 con fuerza renovada. A ver si tenemos suerte".

Aunque Ana y Pablo también son realistas o hay más ingresos o nada. Las deudas son bastante y cada día se suma una nueva. "Tenemos que pagar el alquiler, debemos 825 de local y 750 de vivienda y eso que les ayudan por todos lados". El del local va a tirar del dinero de la fianza, el de su casa, también alquilada, va a esperar unos meses a que se recuperen. ¿Y sí lo pierden todo? "No tendríamos derecho ni al ingreso mínimo vital porque tenemos una deuda con la administración. No veo salida, solo pedirle a la gente que venga y nos pruebe".

"Estamos abrumados y cada vez hay más obstáculos. Somos muy jóvenes no estamos en edad de jubilación. Por no tener no tenemos ni una casa en propiedad, así que, si todo sale mal, es posible que hasta perdamos el sitio en el que vivimos", concluye Ana con la voz entrecortada.