Muere Luka, el bebé orensano de 5 meses que recibió recientemente un trasplante de médula

Luka, el bebé orensano de cinco meses que había sido recientemente operado para trasplantarle médula ósea, finalmente ha fallecido en el hospital de La Paz de Madrid donde se encontraba ingresado.

Hundida por la pérdida, la madre del bebé ha informado de la triste noticia con la frase “no pudo ser”.

Luka sufría una rara y grave enfermedad genética llamada osteopetrosis, solo la sufren una persona de cada 200.000, y su única solución era un trasplante de médula.

Cuando el bebé tenía cuatro meses sus padres Cira e Isaac comenzaron una campaña para encontrar un donante compatible con Luka, algo que resultó muy efectivo ya que la donación de médula subió significativamente y el pequeño encontró donante.

Fallece 16 días después del trasplante

Con todas las esperanzas puestas en la donación el menor fue intervenido hace 16 días para realizarle el trasplante, pero finalmente el cuerpo del pequeño resistió.

Cira, la madre de Luka, ha ido informando a través de las redes sociales de la evolución del niño que permanecía ingresado en La Paz, hasta que hoy la publicación ha llevado al peor de los finales. Con las huellas de Luka y un mensaje ha anunciado su fallecimiento.

 “No pudo ser, luchaste hasta el final, serás un GUERRERO SIEMPRE. No os podéis imaginar todo el dolor que se siente y lo que me duele tener que deciros esto, no quiero llamadas ni mensajes. Gracias por estar con nosotros hasta el final”

Detectaron la enfermedad en una revisión rutinaria

La osteopetrosis es una rara enfermedad genética. “Sus huesos solo desarrollan la parte dura que va por fuera pero la parte blanda que va por dentro no, y eso es lo que le causa el problema”, explicaba su madre durante la campaña de búsqueda de donante.

“Es horrible estar así esperando, ya no sabemos qué hacer, por eso, buscamos donantes por todos los medios que existen”, añadía.

Fue el pediatra de Luka, quien en la revisión de los dos meses detectó la fontanela blanda y que el pequeño movía los ojos de forma extraña. A partir de ahí le hicieron multitud de pruebas hasta tener el diagnóstico. A día de hoy Luka no sufre pero el tiempo corre en su contra. Con solo cuatro meses ya no puede distinguir más que la oscuridad de la claridad.