El vuelo que cambió todo: tres años del misterio de Natalia Hernández en La Palma

Natalia Hernández, una joven madrileña, desapareció hace tres años tras viajar de Tenerife a La Palma para empezar un nuevo trabajo
El rescate de Layonel, un joven desaparecido en Gran Canaria cuando fue a buscar su moto de agua
El 24 de octubre de 2022, Natalia Hernández Martínez aterrizó en el aeropuerto de La Palma para empezar una nueva etapa. Viajaba desde Tenerife con la ilusión de un trabajo recién conseguido, una maleta llena de ropa y un futuro por reconstruir. Pero nunca llegó a recoger su equipaje ni a pisar el hotel donde la esperaban.
Desde aquel día, nadie ha vuelto a verla. Tres años después, su nombre sigue asociado a uno de los casos más desconcertantes de desaparición en Canarias. Un misterio detenido en el tiempo, sin respuestas, sin certezas y con una familia que sigue sin saber qué ocurrió.
Natalia Hernández desapareció tras aterrizar en La Palma
Natalia, madrileña de 34 años conocida como 'Naty', había vivido en países como Nepal o Inglaterra antes de instalarse en Canarias. En Tenerife trataba de rehacer su vida tras una ruptura sentimental y una etapa de inestabilidad personal. Sin vivienda fija ni recursos estables, consiguió trabajo en un camping de La Laguna, donde parecía empezar a recuperar el equilibrio. Sin embargo, una noche sufrió un problema de salud (un episodio de ruptura con la realidad, probablemente por gran acumulación de estrés) y la invitaron a abandonar el lugar.
Poco después, encontró una oportunidad laboral en La Palma, en un hotel de Fuencaliente. La empresa de animación que la contrató fue la que le compró el billete de avión. El 24 de octubre de 2022, un hombre perteneciente a una comunidad espiritual con la que ella había tenido contacto la acompañó hasta el aeropuerto de Tenerife Norte. Las cámaras la captaron pasando el control de seguridad a las 17:15 horas y su teléfono se apagó.

Natalia llegó por la tarde al aeropuerto de La Palma, a una hora en la que las guaguas hacia Fuencaliente ya no pasaban. Ella desconocía los horarios, algo que la empresa que la contrató debió advertirle. Las cámaras del aeropuerto la grabaron caminando sola, con mascarilla y sin recoger su maleta. Esa fue la última imagen que se tiene de ella. Desde su llegada, no volvió a saberse nada más. Pasaron 17 días hasta que el mismo hombre que la llevó al aeropuerto tinerfeño interpuso la denuncia por desaparición, sin que haya trascendido por qué tardó tanto en hacerlo.
Las hipótesis sobre el caso
Durante la investigación, la Guardia Civil mantuvo como principal hipótesis una desaparición voluntaria, aunque sin evidencias concluyentes. La abogada Yaiza Pérez y la criminóloga Tania Rodríguez, presidenta de la Asociación Criminológica (ACII) analizaron el caso y discrepan: sostienen que Natalia no se encontraba en un estado mental que le permitiera decidir libremente. En los mensajes previos a su desaparición, había enviado mensajes de despedida a personas cercanas, mostrando una visión alterada de la realidad.
Ambas investigadoras destacaron en la web de 'Informativos Telecinco' que no hay indicios de la intervención de terceras personas, aunque no se descarta esta opción por completo. Consideran posible que Natalia saliera caminando tras abandonar el aeropuerto, ubicado a escasos metros del mar, lo que abre la puerta tanto a un posible accidente como a otras hipótesis no esclarecidas. Pero se desconoce qué dirección tomó la joven, ya que las cámaras exteriores del aeródromo no estaban activas en aquellos días por cuestiones técnicas y no trascendieron más imágenes de ella.

La última línea que se propuso investigar fue el aparcamiento subterráneo situado bajo las pistas del aeropuerto de La Palma, una zona de acceso restringido que nunca se ha inspeccionado. Para ello solicitaron autorización judicial, pero hasta la fecha no han trascendido trabajos en la zona.
La situación actual
El Juzgado de Instrucción número 1 de Santa Cruz de La Palma archivó el caso hace aproximadamente dos años ante la falta de indicios. Desde entonces, no se ha producido ningún avance: no hay nuevas búsquedas, ni testimonios, ni rastros que permitan saber qué ocurrió aquella tarde. Tampoco se ha retomado la exploración del aparcamiento del aeropuerto, la única vía que las investigadoras consideraban pendiente.
A pesar del archivo, la asociación SOS Desaparecidos mantiene activa la alerta de búsqueda de Natalia Hernández. En estos años, se han producido algunos avisos de supuestos avistamientos, todos ellos descartados tras las comprobaciones pertinentes. Cada aniversario llega con el mismo silencio y las mismas preguntas: ¿fue una decisión voluntaria, un accidente o intervino alguien más? Ninguna de las hipótesis ha podido confirmarse.

Hoy, tres años después, el caso de Natalia Hernández sigue rodeado de incógnitas y sin un punto claro de partida que permita reabrir la investigación. Su desaparición recuerda la fragilidad de los rastros humanos en un mundo lleno de cámaras, pero también la necesidad de no rendirse ante el silencio. En La Palma, donde aterrizó por última vez, su caso se sigue recordando.
