La Guardia Civil investiga la versión de encapuchados que dio la pareja del ganadero asesinado en Cuevas, Asturias
La Guardia Civil tiene dudas sobre el testimonio de la viuda que fue la única que afirmó ver a los presuntos encapuchados que asesinaron a su marido
Los agentes que investigan el crimen de Ribadesella mantienen varias líneas abiertas: quién mató a Toño, el ganadero asesinado a golpes
Tres meses después del asesinato del ganadero Toño Otero Toraño, de 60 años, en la localidad riosellana de Cuevas, Principado de Asturias, la investigación continúa abierta y sin detenciones. La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil mantiene varias líneas de trabajo, pero una de ellas ha cobrado especial relevancia: determinar si, además de la pareja de la víctima y su cuñada, entraron más personas en la vivienda en el momento de la agresión mortal.
El crimen se produjo a plena luz del día, en una zona de gran tránsito turístico. Según el relato inicial de la pareja del asesinado, dos hombres encapuchados habrían irrumpido en la casa y golpeado brutalmente al ganadero con un objeto contundente, cubriéndole la cara con una manta antes de huir precipitadamente. La cuñada declaró que se encontraba en la planta superior y que no escuchó nada hasta bajar a la cocina, donde encontró a Otero “con la cara desfigurada”.
Nuevo testimonio de la cuñada
Sin embargo, los investigadores tratan de esclarecer si ese relato se ajusta a lo ocurrido. La Guardia Civil analiza si realmente hubo encapuchados o no en la vivienda en el momento del crimen, cuya presencia fue mencionada por su pareja.
Diez días después del crimen, la cuñada pidió declarar de nuevo de forma voluntaria en el cuartel de Gijón. En esa comparecencia, según fuentes del caso citadas por El Comercio, expresó dudas sobre la versión de su propia hermana, la única que aseguró haber visto a los supuestos agresores. Este giro ha reforzado la hipótesis de que el escenario del crimen podría no coincidir con el relato inicial de las mujeres.
Mientras el caso permanece bajo secreto de sumario en el juzgado de Cangas de Onís, la Guardia Civil continúa recopilando testimonios, analizando tiempos y movimientos y revisando posibles contradicciones.