Quieren acabar con las multas y la presión a los niños que no denuncien acoso en el colegio

Sandra Escobar 10/01/2019 14:13

El último caso registrado de acoso escolar en un instituto del distrito madrileño de Usera, en el que la policía ha detenido a 15 alumnos por acosar a dos hermanos, ha vuelto a despertar, si es que alguna vez ha estado dormida, la preocupación por las relaciones entre alumnos y el aumento de episodios de 'bullying.

Los padres siguen sin ver clara la eficacia de la actuación de los centros educativos y de sus docentes ante este tipo de situaciones. "Tenemos que tener educadores, orientadores y todo un equipo multidisciplinar y no cargar sobre el alumno el problema del 'bullying'", declara a Informativos Telecinco José Manuel Simancas, portavoz de la Federación Regional de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado Francisco Giner de los Ríos.

Pero una de las medidas que parece haber disgustado más a las asociaciones de padres y madres de los estudiantes es la que integra el nuevo decreto de convivencia en los colegios e institutos, según la cual, los alumnos que no informen sobre situaciones de "acoso o que puedan poner en riesgo la integridad física o moral de otros miembros de la comunidad educativa", incurrirán en una falta grave que puede ser castigadas con sanciones que van desde la privación del recreo hasta la expulsión de las clases durante un periodo de cinco días lectivos.

Así ha sido el caso de la Federación Regional de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado Francisco Giner de los Ríos (FAPA), que ha anunciado que este jueves solicitará al Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid que elimine esa medida que recupera la figura del 'chivato' en los colegios a través de un borrador.

¿Por qué creen que las sanciones por no denunciar casos de acoso es contraproducente?

Desde la organización consideran que la manera en que los jóvenes sepan que informar sobre casos de abusos o acoso es lo correcto, pasa por una medida multidisplinar. Es decir, medidas, formación y protocolos de actuación destinados no solo al personal docente, sino también a los propios jóvenes.

"El 'bullying' es una de las peores lacras que tenemos y para acabar con él hay que hablar con equipos multidisciplinares", declara Simancas. Esa sería la solución a un problema que ya afecta a la mitad de los estudiantes del mundo, según el último informe de UNICEF.

Sin embargo, "castigar" a los jóvenes que no denuncian estos episodios solo les añade "una presión más" a otra con la que ya cuentan: el miedo.

"Tiene que ser un comportamiento natural y saber que hay unos profesionales que cuando denuncien se pongan los remedios necesarios" -apunta Simancas- "Pero no que el remedio sea expulsar y marcar al acosador expulsarle y marcarle".

La solución no es el 'castigo', sino el apoyo del entorno

Parar a la figura del agresor no solo depende de la víctima o los docentes, sino que es un problema en el que todos los compañeros deberían decir 'basta ya'. En este punto, existe un importante obstáculo que también recriminan desde FAPA; la falta de empatía.

Asimismo, la medida recogida en el nuevo decreto difiere, para ellos, en lo que engloba el concepto de 'convivencia': "Se queda muy por debajo de las expectativas que tenemos los padres, que queremos que la palabra 'convivencia' y 'educación' tengan el valor y el peso suficiente".

Para ello, es reivindican la importancia de trabajar junto a todos los alumnos en "crear un ambiente saludable, de respeto y empatizando".

"El problema no es dar el paso, el problema es que tengas un servicio a tu alrededor (familia, compañeros, profesores) y una comunidad educativa que te apoye", lamenta el portavoz. La actuación, por tanto, no reside en dar el chivatazo, sino en denunciarlo y actuar en consecuencia: "Si das ese paso y no encuentras apoyo, el siguiente no va a darlo".

"Tenemos que tener educadores, orientadores y todo un equipo multidisciplinar y no cargar sobre el alumno el problema del bullying", añade. Un problema en el que tanto alumnos como profesores "están muy solos".