El mayor estafador de la historia: "Si sois de la UCO, enhorabuena"

  • “¿Sois de la UCO? Porque si no, habría sido imposible pillarme. Enhorabuena”, fue su reacción al ser atrapado

  • Jordi tiene 23 años y es un genio matemático sin estudios de Ponferrada

  • Tenía a 26 juzgados detrrás de él hasta que por fin la UCO le ha cazado

Jordi Ayuso bautizado por la Guardia Civil como Lupin por Arsenio Lupin, un ladrón de guante blanco que aparece en las novelas de detectives del escritor francés Maurice Leblanc y en una conocida serie de dibujos. 23 años, de Ponferrada, un genio matemático sin estudios. Familia desestructurada, no conoció a su padre, vivía en casas de acogida y uno de sus padres adoptivos le enseñó a delinquir. La primera vez que estafó utilizó el teléfono de ese “padre adoptivo”. El mayor estafador de la historia de España, 30 requisitorias por estafas, 26 juzgados detrás de él.

Tenía más de 100 cuentas a nombre de las mulas a las que pagaba. Ahí recibía las transferencias de la gente engañada. Tenía tarjetas de cada cuenta y en media hora sacaba el dinero en 10 cajeros. Alardeaba diciendo que en muchos meses tenía beneficios de más de 300.000 euros. Pagaba a sus colaboradores 6.000 euros al mes y 25.000 euros al que le llevaba la seguridad. Uno de sus colaboradores, el informático, copiaba páginas web y durante 5 días las tenía abiertas en periodos clave, necesidades de invierno, de verano, el día del padre o de la madre.

Le ingresaban siempre con transferencias bancarias, su página obligaba a esos pagos. Por eso luego llamaba a las víctimas para convencerles de que era mejor bajar una aplicación para hacer un seguimiento del paquete que nunca llegaría. Así tenía acceso a los sms que mandan los bancos con las claves, en directo mientras hablaba con ellos reseteaba las cuentas y las vaciaba en sus narices. Un padre que compró una Nintendo Switch para la comunión de su hijo vio vaciarse su cuenta, de un plumazo 25.000 euros.

Ganaba tanto dinero que alguno de los colaboradores le robó y no dudó en acosarlo con amenazas del tipo “No sabes con quién estás hablando, tengo contactos, en el juzgado, en la Audiencia Nacional, en la Policía y te voy a mandar un recadito…” Y mandaba. A uno, un sicario le dio una paliza. Lo vemos en vídeo. Todo grabado.

Uno de los estafados tuvo la capacidad de localizarle y le amenazó con enviarle a la Guardia Civil. Lupin no se arredró y mandó a su casa a un colaborador que se hizo una foto tocando el timbre. Se la envió. Este afectado pidió ayuda a la UCO.

Llegaba a enlazar 18 taxis para moverse por Madrid

Durante muchos meses la UCO le persiguió pero siempre llegaban tarde. Tuvieron que colaborar el juzgado, los portales web donde se publicitaba, y las compañías de teléfono. En una hora cuando levantaba una página, le tenían localizado pero no lo alcanzaban. Cambiaba de domicilio cada cuatro días. Estaba obsesionado con que todos a su alrededor eran guardias civiles. Algunos no lo eran, otros sí. Los equipos de seguimiento eran “mordidos” cada vez que intentaban darle caza. Llegaba a enlazar 18 taxis para moverse por Madrid, porque decía que al cuarto los equipos de seguimiento se quedaban sin gente para seguir.

Se había hecho pasar por ellos para llamar a las víctimas y saber quiénes les denunciaban. Quería controlar los 26 juzgados que le perseguían y los cuerpos de policía, ertzaintza y guardia civil.

Pero la UCO lo detuvo por fin el día 18 de junio. Lo primero que les dijo es “¿Sois de la UCO? Porque si no, habría sido imposible pillarme. Enhorabuena”. A sus amigos les decía que solo podría encontrarle la UCO, el Departamento de Delitos Telemáticos, los que le escuchaban y perseguían y finalmente le dieron caza. Ahora falta encontrar el dinero. Están cerca.