Cambiar la perspectiva ayuda a evitar la ansiedad o estrés postvacacional en el ámbito laboral

  • La psicóloga Pilar Conde indica que hay que "asumir la responsabilidad vital, y quererse más a uno mismo" para combatirlo

  • La especialista distingue tres tipos de perfiles psicológicos: el hipersensible, el realista y el tóxico

La vuelta al trabajo después de un período de descanso puede ser un reto, pero si se cambia la perspectiva puede disminuir alguno de sus efectos y la posibilidad de sufrir ansiedad o estrés postvacacional. Ser consciente de los propios pensamientos y reconducirlos son las principales recomendaciones de la psicóloga Pilar Conde para alejar estas dos sensaciones de vuelta al ámbito laboral.

La experta indica que "hay que asumir la responsabilidad sobre la propia vida, quererse más a uno mismo, y cambiar lo de 'no puedo, no voy a ser capaz' por 'va a ser difícil, me tendré que esforzar". En definitiva, abordar la realidad de manera racional aprendiendo a "gestionar las diferentes vivencias con ellas y seguir hacia adelante", ha explicado.

Recurrir a la ayuda profesional: otra de las posibilidades

Detectar el tipo de emoción que sentimos e identificarlo es otro de los consejos que Conde ofrece, así como recurrir a la ayuda de un profesional en el caso de que sea necesario. La especialista distingue así tres tipos de perfiles psicológicos: el hipersensible, el realista y el tóxico.

Las personas sensibles y las hipersensibles pueden tener "reacciones afectivas bruscas e intensas". Para estas personas la manera de no dejarse llevar por estas reacciones radica en aprender a identificarlas para evitar que guíen el día a día, ya que suelen generar reacciones impulsivas. "Una vez que comprendamos este proceso, el siguiente paso es manejar esas emociones con el fin de transformarlas en algo útil para nuestros objetivos", ha añadido la experta.

Por otro lado, el realista es más objetivo a la hora de interpretar las situaciones, tiende a buscar la utilidad y maneja mejor sus estados emocionales. Su forma de ver la vida es "más adecuada para la interacciones sociales, familiares, profesionales".

"Por el contrario, cuando el bienestar depende de la mirada de otro, lo que se llama en literatura un elemento tóxico, la manera de ayudarle y ayudarnos, es ser asertivo con este compañero, diciéndole que es posible que no estemos de acuerdo con su manera de ver las cosas, pero la respetamos. Es mejor no entrar en discusión y pedirle que nos gustaría que dejase de trasladarnos su visión", ha explicado Conde.

Un conjunto de realidades distintas que deben de "tomar las riendas de nuestra propia responsabilidad". Buscar el lado positivo a las situaciones "centrando nuestra mirada en aquello que nos aporte satisfacción y motivación", ya sea intrínseca, como "la autorrealización de nuestra funciones", o extrínseca, como "la económica, que luego nos permite alcanzar otros aspectos que son importante para nosotros", es vital para reanudar este proceso, ha concluido la experta.