Fueron otros vecinos quienes dieron el aviso a la Guardia Civil al oír ruido en casa de Bernardo Montoya, el asesino confeso de la profesora zamorana Laura Luelmo. Cuando llegaron los agentes varios vecinos de El Campillo había roto el precinto policial y entrado en la vivienda, según informa Diario de Huelva.
Los agentes tuvieron que intervenir para sacarlos y además de volver a poner el precinto policial pusieron cadenas y candados en la puerta de la vivienda.
La casa sigue precintada desde que fue analizada por la policía científica en busca de pruebas. Allí los agentes hallaron numerosos restos de sangre.
La casa pertenece a los padres de Bernardo Montoya. Según informa el diario local, los vecinos de El Campillo temen que el hermano del asesino confeso de Laura, Luciano Montoya, ahora en la cárcel por asesinar a una mujer hace años en el municipio onubense de Cortegana, salga de prisión y se instale en la vivienda.