La acusada del caso Urbana dijo a una compañera de cárcel que ayudó a mover el cadáver por miedo

  • Una amiga y agente de investigación vio sangre en casa de Peral

Una mujer que compartió cárcel con la coacusada del crimen de la Guardia Urbana, Rosa Peral, ha relatado este martes ante el jurado que ella le explicó que el otro acusado, Albert López, la hizo acompañarle al pantano de Foix la noche del crimen para llevar el cadáver, y que ella accedió por miedo.

La mujer, que convivió con Peral cuando ambas cumplían prisión preventiva --en su caso, por tráfico de marihuana-- ha relatado que la acusada vio que, al bajar del coche, López cargaba una garrafa con gasolina, aunque no le vio rociar el vehículo.

El testimonio se contrapone con el de otra mujer que compartió prisión con Peral y que declaró en el juicio hace dos semanas, cuando aseguró que la acusada le había confesado que drogó a la víctima y que le preguntó si conocía a un sicario porque "tenía ganas de matar" a su exmarido, Rubén C.

Un agente de la Guardia Urbana que ofreció apoyo a Peral tras la muerte de su pareja ha explicado que ella no le dijo que hubiera ido a buscar a Pedro R. la noche del crimen, lo que se contradice con lo que sostiene su defensa: que tuvieron una discusión de pareja y se marchó, y ella se preocupó por si había ido a enfrentarse a su exmarido, Rubén C.

Sí le explicó que, una vez Pedro R. se había marchado, llamó a López, pero no le dijo para qué y le pidió que, ya que había quedado con él más tarde, se fijara en la barba y las pestañas de López, aunque no le detalló que ella misma le había pedido que se afeitara.

Sangre en una toalla y el baño

También ha declarado este martes una agente de la unidad de investigación de la Guardia Urbana, que anteriormente compartió unidad con los dos agentes del cuerpo acusados de asesinar a Pedro R. y que el 6 de mayo de 2017 --cinco días después del crimen-- encontró manchas de sangre en casa de Peral, donde había ido para animarla tras el asesinato de su pareja.

Ha detallado que encontró una mancha de sangre en una toalla y restos de sangre fresca junto al zócalo del baño, y que al ser un sangrado reciente preguntó a la anfitriona si se había herido: "Me dijo que la perra tenía la regla, y era justo donde estaba sentada la perra. No me pareció una respuesta descabellada. De las toallas me dijo que mantenía relaciones sexuales con su pareja, Pedro, y que para no manchar la cama ponía las toallas".

La testigo ha explicado que López la invitó a cenar a casa de Peral el lunes 8 de mayo, y que él mismo la llevó hasta la casa de Cubelles (Barcelona) en su coche, y durante el trayecto le explicó que Pedro R. estaba muy tenso y en alguna ocasión había agarrado a su pareja por el cuello.

También le contó que un día, cuando estaba bañando a las hijas de Peral, "la niña mayor hacía además de tocarle sus partes íntimas, y él le llamó la atención, a lo que la niña respondió: 'con Pedro puedo y no pasa nada", ha explicado la testigo.

A preguntas del Fiscal, Félix Martín, ha añadido que comentó esos puntos con Peral, quien quitó importancia a que Pedro R. la cogiera del cuello, y sobre las hijas le explicó que "a Pedro le gustaba dormir desnudo, y ella le pidió que por las niñas se tapara pero no le apetecía, así que decidió darle total normalidad hasta que las niñas se acostumbrasen".

"Ahora podemos hacer una barbacoa"

La agente también ha explicado que, tras saberse que Pedro R. había sido asesinado, López dijo a sus compañeros de unidad: "Ahora podemos hacer una barbacoa".

López y Peral están acusados de asesinar al también miembro del cuerpo Pedro R., a quien encontraron calcinado dentro de un coche junto al pantano de Foix, y la testigo también ha señalado que el acusado solía usar humor negro.