Ceuta afronta el inicio del Ramadán con una incidencia en riesgo extremo

  • Casi la mitad de la población ceutí es musulmana y comienza este martes el Ramadán

  • Lamentan que durante el Ramadán no se haya prolongado el toque de queda como se ha hecho en Semana Santa

  • Los efectos de este mes de Ramadán sobre la pandemia no se conocerán hasta finales de mayo

Cuando Riduan se levanta en su casa de la barriada ceutí de Monte Hacho, sabe que este martes no es un día igual a los demás. Durante toda la jornada, este taxista que da una vuelta tras otra a una ciudad que tiene poco más de 18 kilómetros cuadrados no podrá comer ni beber agua. Riduan, como casi la mitad de los 85.000 habitantes de Ceuta, es musulmán, y empieza su segundo Ramadán en pandemia.

"El problema es que no va a haber rezo, es donde nos afecta un poquito", dice Riduan. "Lo demás, tal y como están las cosas, cuantas más horas haya las familias van a reunirse más y eso es peor".

"Dejar apenas una hora de margen de maniobra entre que se rompe el ayuno, y el toque de queda, limita muchísimo a muchas familias

Otro compañero se lamenta del toque de queda a las 10 de la noche: "Hay malestar, han puesto muchas luces de Ramadán, pero si nosotros comemos a las nueve de la noche y a las diez hay toque de queda ¿para qué coño habéis puesto las luces, quién las va a ver?"

"¿Quién ve las luces?", ríe Riduan. "El Ramadán es una adoración, no es una fiesta. Cenaré con la familia y ya está".

O no está. Porque en la comunidad islámica de la ciudad hay cierto sentimiento de agravio. Durante la Semana Santa el toque de queda se ha prolongado hasta las once de la noche, y esa hora de más es importante para ellos.

"Ahora el día es más largo, anochece más tarde, dejar apenas una hora de margen de maniobra entre que se rompe el ayuno, y el toque de queda, limita muchísimo a muchas familias". aclara a NIUS Fátima Ahmed, diputada de MDYC (Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía). "Hay una sensación generalizada de agravio pero no solo entre los musulmanes. En esta ciudad, afortunadamente todos vivimos todas las fiestas como propias"

"Cualquier restricción no se debería de relajar. La recomendación epidemiológica es convivientes, y el mínimo de personas posibles", apunta Julián Domínguez, Jefe de Medicina Preventiva del hospital de la ciudad. "Eso está claro, pero el problema no está ahí, el problema está en una cuestión más bien sociológica. Y es que en Navidad y Semana Santa lo hemos hecho, y no hacerlo en Ramadán parece poco igualitario".

Mientras tanto, la ciudad autónoma se acerca a los 500 casos por 100.000 habitantes, la segunda más alta del país tras Melilla. Su hospital, con un 14,50%, es también tras Melilla el que presenta la mayor tasa de ocupación de camas por enfermos de covid. La UCI no está mucho mejor, su 23,5% de ocupación sólo se ve superado por Cataluña, Madrid y La Rioja. En tasa de mortalidad, con una población más joven, las cifras mejoran, pero aún así, la covid-19 se ha hecho notar.

"Normalmente teníamos una docena de entierros al mes, ahora tenemos una media de otros 15 más. Ahora estamos teniendo una media de 27, 30", precisa a NIUS Navil Rahal, gerente de AL-QADR Culturas, una funeraria que presta servicio fundamentalmente a la comunidad islámica. "Claro que estamos notando la pandemia. Estamos además teniendo mucho post covid, según nos comentan las familias. Personas que han pasado la enfermedad hace tres o cuatro meses y las secuelas que les ha dejado han agravado sus enfermedades anteriores".

¿El por qué de esa situación? ¿Los motivos por los que semana tras semana Ceuta se encarama a los primeros lugares de las tablas de la pandemia? Para los expertos al menos tres. El primero la densidad de población, superior a la de grandes ciudades como Madrid y Barcelona, pero aún más influyente el segundo, el tamaño de las unidades familiares.

"Estamos también a la cabeza en número de personas por domicilio", explica Julián Dominguez "La traducción de eso es que el hacinamiento familiar es mayor, y después también el parque de viviendas es un parque en el que no hay baños duplicados y tienen pocas estancias. Si sumas todo es un cóctel molotov, tienes más posibilidades de contagiarte. Si además le sumas la gran movilidad. Estamos a una hora de Algeciras, y hay muchas funcionarios que tienen el domicilio familiar fuera y se mueven continuamente".

"Normalmente teníamos una docena de entierros al mes, ahora tenemos una media de otros 15 más. Ahora estamos teniendo una media de 27, 30"

Y si en la Península se teme al efecto Semana Santa, aquí preocupa además el efecto Ramadán. A Riduan le espera una carrera tras otra en ayuno. Lo romperá con el Iftar, como lo hará la mitad de los habitantes de Ceuta. Por delante todo un mes sagrado para el Islam que habrá que ver cómo incide en el curso de la pandemia.