La sentencia, a la que ha tenido acceso eldiario.es, falla que el joven cometió un delito de robo con intimidación y uso de instrumento peligroso en establecimiento público. El juez ve clave que para llevarse el bocadillo el joven “esgrimió un objeto metálico cortante similar a una parte de lata rota” e hizo “ademán de cortar” a la dependencia. Aun así, reconoce que el hombre no amenazó a la mujer.
Durante el juicio, la dependienta aseguró que se apartó “de forma instintiva” cuando vio al joven con la lengüeta en la mano pero que en ningún momento del robo sintió miedo. La mujer no llamó a los Mossos hasta dos horas después, cuando el joven volvió a la panadería para increparla.
"La insignificancia del botín sustraído (un bocadillo) explica por qué no se reclama importe alguno en concepto de responsabilidad civil, pero no suprime la existencia de valor del bien ni, por supuesto, la relevancia jurídico penal del bien jurídico protegido, significativa al mediar la intimidación con instrumento peligroso", asevera el juez. Es decir, el magistrado asegura que el precio del bocadillo es secundario, que lo importante es que lo robó con un "instrumento peligroso".
El juez aplica el atenuante de embriaguez ya que el joven se encontraba “levemente” bajo los efectos del alcohol. Este no entrará en prisión debido a que carece de antecedentes. Asimismo, la defensa ya ha anunciado que recurrirá la sentencia porque aseguran que para condenar por robo hace falta un perjuicio económico que no se da en el caso del bocadillo.