Un costurero murciano pasa de confeccionar trajes de carnaval a coser batas y mascarillas

  • Salva Hernández es costurero y junto a otros voluntarios ya ha confeccionado 325 batas para hospitales

  • Mascarillas y batas se elaboran con los manteles de los restaurantes que han cerrado debido a la crisis del coronavirus

  • Hosteaguilas se dedica a gestionar la donación del material y asegura su desinfección

El carnaval de Águilas en Murcia es sinónimo de trajes llamativos, de colores brillantes y lentejuelas. Estos días, todo ese glamour se transforma en solidaridad y quienes confeccionan el vestuario han puesto sus máquinas al servicio de los hospitales. Batas y mascarillas salen de talleres de costureros como Salva Hernández, que cose estos productos de primera necesidad a partir de manteles de restauración.

Salva pensó que podía ser útil después de hablar con una amiga que trabaja en el Hospital Rafael Méndez de Lorca. Ella le dijo que necesitaban equipamiento. Y él, consciente de la escasez, se ofreció a coserlo. “En Águilas todo el mundo cose, pero yo tengo una pequeña infraestructura y cada uno tiene que ayudar con lo que sabe”, cuenta. El problema era el material y ahí entra en juego Hosteaguilas.

Manteles de restaurantes para hacer batas y mascarillas

María José es gerente de la Asociación Profesional de Hostelería y Turismo de Águilas. A través de la iniciativa de Salva y otros costureros, ella contactó con el sector de la restauración, “cuya solidaridad fue inmediata”. Empresarios y voluntarios han donado la mantelería que ahora no necesitan, puesto que sus negocios están cerrados. “Me llegan manteles antiguos, casi de colección y con bordados hechos a mano”, afirma Salva. “Eso se pierde, pero todos ganamos”.

Tejidos en cuarentena

‘Estamos contigo’ es el nombre que recibe esta campaña solidaria de recogida de tejido TNT (tejido no tejido) para la elaboración de batas y mascarillas. Este material debe ajustarse a protocolos sanitarios y por eso “se desinfecta antes de la donación, una vez enviado a los costureros y en los propios hospitales”, cuenta María José. Algunos rollos incluso han tenido que pasar su propia cuarentena “hasta que el hipotético virus muere en el tejido”, añade Salva.

325 batas camino de los hospitales

Esos rollos llegan a su taller gracias a Protección Civil. Él corta y empaqueta los patrones que los agentes envían a otros voluntarios para coserlos. “Hemos hecho una cadena para ganar tiempo”, dice. Y ha dado resultado: en solo un fin de semana han confeccionado 325 batas que ya van camino de los hospitales.