Declara el fundador de la funeraria sobre los 932.000 euros encontrados en su casa: "Son los ahorros de toda mi vida"

Informativos Telecinco 28/02/2019 13:15

El fundador del Grupo El Salvador, la funeraria acusada de haber cometido una estafa reutilizando los ataúdes vendidos, Ignacio Morchón, declaró el pasado día 2 de febrero ante la jueza del Juzgado de Instrucción número 6 de Valladolid después de que esta lo condenara a prisión sin fianza por presunto fraude.

Ante tales acusaciones, Morchón ha declarado que "para qué va a querer cambiar" los ataúdes si comprar uno "le cuesta 100 euros", según la comparecencia a la que ha tenido acceso 'El Norte de Castilla'.

En cuanto a los 940.000 euros en efectivo que los investigadores hallaron en su casa, el acusado ha alegado que son todos los ahorros de "su vida hasta ahora".

Morchón ha justificado que escondió su dinero en varias bolsas en el interior de su vivienda por su "miedo a los bancos". "He tributado por todo el dinero. Ese dinero lo tenía para dárselo a mis hijos", agrega.

Por otro lado, la acusación quiso hacer hincapié en las pruebas remitidas por una extrabajadora de la funeraria que afirmaba haber visto el mismo ataúd "de 12.000 euros" reutilizado hasta en tres ocasiones. Además de este testimonio, los investigadores recogieron también las fotografías y cuadernos de otro exempleado que inculpan al grupo El Salvador.

Sin embargo, tanto el padre acusado afirma que él "no era sabedor de eso" y que "jamás le envió hacer nada de eso".

Así respondía Morchón al presunto cambiazo de ataúdes para venderlos a un precio más elevado. Según la acusación, los trabajadores de la funeraria cambiaban los cuerpos de los fallecidos a féretros más baratos del precio acordado con la familia y los reutilizaban para volver a ponerlos en venta.

"No puedo llevar a un muerto sin autorización de la familia. ¿Cómo lo voy a hacer si tengo a la familia hasta última hora conmigo?" -respondía el fundador- "Se les enseña cómo se mete el féretro dentro. Es más, los hornos llevan una mirilla".

Con respecto a las fotografías tomadas por el extrabajador, el acusado ha señalado que su función era la de subir el cadáver al horno crematorio y añade que, lo que ocurre después con el fallecido "solo lo sabe el que está a cargo de la incineración".

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