8.139 desalojados en fiestas y botellones ilegales durante el primer fin de semana sin toque de queda en Barcelona

  • Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana creen que "estaba cantado" y piden autorresponsabilidad

  • Los Mossos d'Esquadra interpusieron 600 sanciones por incumplimiento de las medidas

  • El Arc del Triomf, el Born, Gràcia, el MACBA o la Playa de la Barcelona fueron escenarios de estas fiestas improvisadas

8.139 personas desalojadas en fiestas y botellones ilegales en Barcelona durante el primer fin de semana sin toque de queda. Este es el balance que dejó la noche del sábado y del domingo, cuando miles de personas, muchas de ellas sin mascarilla, salieron a la calle a las doce de la noche para beber, bailar y celebrar el fin del estado de alarma. El Arc del Triomf, el Born, la playa de la Barceloneta, el MACBA y muchos otros más puntos de la ciudad condal se convirtieron en auténticas fiestas improvisadas. La policía interpuso 600 sanciones administrativas por incumplimiento de las restricciones y 121 multas a locales de restauración por saltarse el horario de cierre.

De poco sirvieron los más de 400 agentes de la Guardia Urbana y de los Mossos d'Esquadra desplegados por la ciudad. Según Albert Batlle, teniente de teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, lo que se vivió en las calles el sábado por la noche no se podía evitar porque la gente, tras tantos meses de confinamiento nocturno, tenía muchas ganas de salir. Por eso, la policía desplegó dispositivos de saturación que buscaban que las concentraciones no se mantuvieran en el tiempo.

10.000 personas en las calles de Barcelona

"El sábado había 260 agentes de la Guardia Urbana desplegados, un 30% más de lo habitual, pero era manifiestamente insuficiente para la cifra de personas que había en la calle. No podemos poner un policía detrás de cada persona. El dispositivo estaba dimensionado para intentar minimizar los riesgos de contagio, garantizar la convivencia y la seguridad ciudadana y viaria", reconoció Batllé.

Desde la consellería de Interior ya esperaban varios encuentros, por eso, el dispositivo se coordinó conjuntamente entre Guardia Urbana y Mossos d'Esquadra y fue muy parecido al de la verbena de Sant Joan o la noche de Fin de Año. Sin embargo, pese al amplio dispositivo no se pudo garantizar la presencia policial en todas las concentraciones ni tampoco impedir que miles de personas se reunieran bajo el Arco de Triunfo, bailando y sin mantener las distancias mientras entonaban consignas como "libertad".

El sábado había 260 agentes de la Guardia Urbana desplegados, un 30% más de lo habitual, pero era manifiestamente insuficiente para la cifra de personas que había en la calle

Según Batllé, en la mayoría de los casos los agentes y los participantes a los botellones improvisados jugaban al juego de la "rata y el ratón", y cuando la policía desalojaba un espacio buscaban otro para continuar con la fiesta. Por suerte, durante las intervenciones no hubo incidentes y únicamente se vivieron momentos de tensión durante dos detenciones por delitos de resistencia y desobediencia a dos personas que no querían abandonar un botellón en la zona de Gracia.

El Departament de Interior calcula que la medianoche del domingo, recién vencido el estado de alarma, salieron a la calle unas 10.000 personas solo en Barcelona. Según el conseller, Miquel Samper, muchos lo hicieron cumpliendo las normas sanitarias pero reconoció que las imágenes que quedan son las de "la minoría" que las incumple. Samper explicó que el dispositivo que se desplegó era "el máximo posible" teniendo en cuenta la disponibilidad de agentes, y confía en que después de la eclosión de la primera noche, la situación irá a la baja y que no será necesario volver a instaurar el toque de queda.

Amplio dispositivo policial "manifiestamente insuficiente"

Según Samper, las cifras epidemiológicas permitían esta apertura y aseguró que el sistema está preparado para aguantar un pequeño rebrote. Desde el Govern esperan que si hay crecimiento en la incidencia sea "leve". De hecho, este viernes se reunieron con representantes del sector del ocio nocturno para empezar a abordar un plan de reapertura progresiva. En principio, se autorizarán antes los locales que tengan espacios exteriores y la recuperación de la actividad se hará de forma "lenta" para no tener que dar pasos atrás.

Lo vivido en Barcelona y en las principales ciudades españolas durante este fin de semana ha provocado un aluvión de críticas al Gobierno de Sánchez. La Generalitat le ha acusado de "cierta dejación de funciones" por no habilitar un instrumento claro que permita a las comunidades autónomas fijar restricciones sin el estado de alarma y para dejar el criterio en manos de los tribunales. Por su parte, Pablo Casado ha responsabilizado directament a Sánchez del "caos" y le ha culpado del posible costa de vidas por los botellones.