La joven, que estaba embarazada de cinco meses, presentaba un impacto de bala en la cabeza y un golpe en la mandíbula. Los agentes se encuentran a la espera de cotejar el ADN del feto con el detenido para comprobar si era hijo suyo.
La Guardia Civil sospecha que el arrestado, que estaba casado y tenía tres hijos, había iniciado una relación sentimental con la víctima en ese año, a la que supuestamente mató y enterró en la vivienda que había comprado en Barcelona.
El origen del caso se remonta al 5 de enero de 1999 cuando, en el transcurso de una excavación en una parcela en la urbanización Cal Esteve de Sant Salvador de Guardiola, aparecieron los restos óseos de una mujer. Entonces la Guardia Civil comenzó una investigación que se centró en tratar de identificar a la víctima. Asimismo, se investigaron las denuncias de desaparición en España.
Los agentes también investigaron a todos los propietarios de esa parcela entre los 80 y los 90, sin encontrar en aquel momento ninguna relación con la víctima. El caso estuvo parado hasta noviembre del año 217, cuando una mujer de Madrid denunció que desconocía el paradero de su hermana desde el año 1981, última vez que se supo de ella.
La denunciante informó que la última vez que vio a su hermana, cuyo ADN coincidía con el del cadáver, fue en 1981 y que su entonces pareja fue quien presentó al presunto asesino y a la joven. Al proporcionar su identidad, los agentes lo reconocieron como uno de los propietarios del terreno donde había aparecido el cuerpo y el feto.