Ha sido una constante a lo largo de esta semana de calvario en busca de Julen. Todos los vecinos se han volcado, los que tienen negocios de hostelería dan todo lo que pueden y muchos de los vecinos no cejan en el empeño de que los trabajadores y voluntarios que ni siquiera duermen para rescatar a Julen estén lo mejor posible, dentro del frío y las inclemencias de la zona.
Un ejemplo vale para poner una imagen a esta muestra de solidaridad. La Asociación de Mujeres de Totalán preparó durante la tarde del domingo unas 3.000 croquetas, unos 20 pollos donados por un asador y fondos cedidos por Cáritas, para atender la demanda de alimentos de más de 200 voluntarios a los que las propias vecinas han agradecido explícitamente "su esfuerzo y dedicación", según informa La Opinión de Málaga.
Un pueblo entero está en vilo y volcado en atenciones a una familia que empieza a perder la fe. Solo un metro se ha avanzado a lo largo de toda la mañana del lunes en lo que parece una odisea que no cesa. A la casa de los padres, que ya no pueden seguir los avances entre las máquinas, no para de llegar comida y otros vecinos abren sus puertas a técnicos y operarios para que no les falte de nada.
Una muestra de solidaridad que es el lado positivo de un drama que sigue con atención toda la opinión pública. Todos los esfuerzos son pocos para que los padres de Julen se sientan acompañados en unas horas en las que se habla de la capacidad de Julen para aguantar sin comida y bebida.