El hijo de un enfermo de Parkinson pide empatía y que lo dejen morir dignamente tras 12 años de sufrimiento

  • El hombre lleva 12 años enfermo

  • "He decidido poner fin a esta situación", ha asegurado públicamente

  • En España hay dos opciones: ir a Suiza o entrar en la clandestinidad

Hace 12 años que a Antoni Monguilod le diagnosticaron Parkinson. Una enfermedad que empeoró hace cuatro y por la que no puede valerse por sí mismo. Por ello, quiere dejar de sufrir. En concreto, en abril le comunicó a su famiia que había tomado la decisión firme de acabar con su vida. Sin embargo, nadie lo puede ayudar, porque la muerte asistida no está permitida en España.

Por ello, Antoni ha pedido públicamente que lo ayuden, que los políticos legalicen la eutanasia en España. En su familia, todos apoyan al hombre. Su hijo Marc Monguilod ha pedido que se empatice con su padre y que se apruebe una ley que le permita fallecer dignamente.

“He llegado al punto de no poder valerme por mí mismo y tengo que depender de otras personas, sobre todo de mi esposa. Y como sé que esto no tiene solución y la quiero mucho y no quiero que pierda la salud cuidándome, he decidido poner fin a esta situación”, aseguró el hombre en una misiva enviada a varios medios de comunicación.

En la familia asumen la petición, pero Antoni no quiere que el suicidio asistido ya que significaría involucrar a sus familiares y que estos tuvieran problemas, así que solo podría esperar a la sedación, algo que tan solo pasaría cuando los síntomas fueran incontrolables. La otra opción, ir a Suiza, no la contemplan por el mal trago que supondría desplazarse hasta allí para fallecer.

En la clandestinidad

La médica y voluntaria en la Asociación Morir Dignamente Gloria Cantarell ha explicado a Informativos Telecinco que la única opción que tienen los españoles es o ir a Suiza o entrar en la clandestinidad. Esta última opción supone un drama para las familias porque para no ser acusados, tienen que dejarse ver en sitios públicos cuando el enfermo está muriendo. Además, estos pueden sufrir mucho dolor al hacerlo mal.

Electricista toda su vida y con cuatro hijos, Monguilod ha redactado un testamento vital para dejar su cuerpo a la ciencia. Sin embargo, también le gustaría que le dejaran escribir su deseo de morir cuando él quiere. Y que este, se hiciera realidad.