Parte de esas dudas, se debe a que hay diferentes tipos de plantas de equinácea y distintos métodos de preparación. Según recoge BBC, de las 9 especies que existen, hay tres que son usadas con fines medicinales: la purpúrea, la pálida y la angustifolia.
La panta tiene 4 tipos de compuestos que ayudan a reforzar el sistema inmunológico. Pero no todas estas sustancias se encuentran en cada una de las especies de equinácea ni en todas las partes de la planta.
En 2007, un grupo de científicos de la Universidad de Connecticut, Estados Unidos, realizó un metanálisis, combinando y reanalizando los datos de 1.600 participantes de pruebas previas. Los resultados indicaron que los suplementos podrían reducir a la mitad las probabilidades de contraer un resfriado. Sin embargo, había un problema. Los estudios originales incluyeron distintas especies de la equinácea y distintas partes de la misma.
Cochrane Collaboration, una ONG dedicada a temas de salud pública, hizo una revisión más completa en la que incluía solo lo que consideraron como las mejores investigaciones.
Se les dio a los participantes equinácea o un placebo, sin que nadie supiera qué contenía. Algunas personas tomaron equinácea y luego se les expuso al virus del resfriado para ver si se infectaban. Otras recibieron instrucciones de tomarla en el momento que sintieran una picazón en la garganta o comenzaban a estornudar.
Los resultados no fueron los que esperaban. Ninguno por si solo mostró que la equinácea evitara los catarros. Sin embargo, agrupados los resultados, se pudo observar que quienes tomaron equinácea, tenían un 10 o 20 por ciento menos de probabilidades de contraer un resfriado.
En personas con enfermedades como la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide los sistemas inmunes se han vuelto demasiado activos y algunas organizaciones de salud recomiendan no tomar equinácea.
Hay una posibilidad de entre el 80 y 90 por ciento de contraer el resfriado después de tomar equinácea. Hay que tener presente que aún no se sabe qué tipo se debe tomar.