Fernando Frías, experto en pseudoterapias: "Los vendedores de crecepelos mágicos usan la pandemia para pescar en río revuelto"

  • La Asociación para proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETEP) cumple seis años alertando sobre los peligros de terapias sin base científica que pueden costarle la salud, en incluso la vida, a quienes caen en ellas

  • El abogado Fernando Frías relata las maniobras de la industria de las pseudoterapias para intentar silenciar la labor de su asociación

  • Para este divulgador contra las pseudociencias la más peligrosa que ahora mismo tiene calado en España es la Bioneuroemoción, que considera que toda enfermedad, incluso el cáncer, tiene su origen en un desorden emocional del paciente y no en causas físicas

Hace seis años nació en España la Asociación para proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETEP). Fernando Frías es abogado, afiliado a esta asociación y a otras de relevancia en España como 'ARP Escépticos", que propugnan el pensamiento crítico ante las creencias mágicas, las conspiraciones, los fenómenos paranormales y las terapias falsas.

En sus seis años de andadura la percepción de las pseudoterapias ha cambiado bastante en España. Fernando Frías bromea en una de las charlas que suele impartir en centros educativos, eventos de divulgación científica o en las conferencias de la iniciativa 'Escépticos en el Pub', que hoy en día no hay un cómico que no tenga en su repertorio un chiste sobre la homeopatía.

Pero la labor de concienciación es ardua, y para más inri, la llegada de la pandemia ha supuesto un renacer del pensamiento negacionista y de ciertas prácticas pseudocientificas que prometen curar el coronavirus, amén de cualquier otra dolencia: desde el resfriado hasta el cáncer, con una planta, con energías místicas, con mecánica cuántica o con lejía.

A todo esto, los escépticos tienen que enfrentarse a las demandas que los vendedores de humo en pro de la medicina científica y contra las terapias inútiles o directamente peligrosas.

Pregunta: En estos seis años la APETP se ha enfrentado al menos a cuatro denuncias y a una demanda por denunciar el negocio de las pseudoterapias. La última querella, que os interpusieron la Asociación Española de Médicos Integrativos, la Fundación Terapias Naturales, la Asociación de Consumidores (ACUS) y Josep Pamies. Vosotros denunciáis que estáis sufriendo un acoso judicial por parte de los lobbies y que os amenazan con más acciones legales bajo la premisa de que ellos tienen dinero y vosotros no sois nadie.

Respuesta: Efectivamente, de hecho es que lo dijeron prácticamente en esos términos. Ellos tienen industrias detrás y se trata de empresas que están defendiendo su negocio, evidentemente. Que nos demanden quiere decir que las críticas que reciben por nuestra parte sí les afectan y eso nos alegra. Pero por otro lado hay que reconocer que para una asociación pequeña, para personas que no están acostumbradas a este tipo de cosas, supone un desgaste, una pérdida de tiempo, de recursos, de energía y de todo. Qué es lo que buscan.

Que nos demanden quiere decir que las críticas que reciben por nuestra parte sí les afectan

P: De momento, contáis por victorias todos estos enfrentamientos judiciales con la industria de las pseudoterapias.

R: Sí. Hasta ahora, salvo una que sigue viva porque nos la ha puesto hace poco Enric Corbera (principal promotor en España de la pseudociencia de la "bioneuroemoción"), todas las demás han ido archivándose. Pero claro, todo esto supone tener que defenderte, tener que declarar como investigado en un juzgado, contratar a un procurador, tener que hacer escritos, en fin, tener que soportar una situación de tensión que a veces puede ser bastante fuerte.

No es nada agradable, desde luego. Está muy bien que hayamos conseguido sortear hasta ahora todas estas querellas pero a cualquier persona una situación como esta le supone un desgaste bastante considerable.

P: ¿De qué intentan acusaros exactamente?

R: Es algo tremendamente absurdo porque, en fin, parece ser que la tesis de esta gente es que la asociación es capaz de doblegar la voluntad de los ministerios, de imponerles su criterio. Todo ello además, según la querella, para ejercer una competencia desleal, no sabemos por qué, porque nosotros no vendemos nada. Pero en fin, parece ser que les hacemos la competencia, o eso piensan.

La verdad es que es una cantidad de despropósitos impresionante. Imagina cómo será que en el auto de archivo la jueza dice lo mismo que decíamos nosotros en algún escrito, que no hay forma de entender siquiera de qué se nos está acusando porqué es un batiburrillo de barbaridades y tonterías que no tiene ningún sentido.

P: Hablando de sinsentidos. ¿Las personas que creen y usan pseudoterapias suelen tener también otras creencias pseudocientíficas?

R: Sí. Es algo que se puede verificar. Normalmente las creencias paranormales, las creencias irracionales, no suelen ir solas. Suele ser un paquete completo que se adquiere y muchas veces tú hablas con un defensor de la homeopatía y resulta que cree también en conspiraciones o cree también en cualquier otro tipo de cosas.

Esto ya es una cuestión más de psicología pero parece ser que hay estudios que apuntan a que lo que ocurre es eso, que las personas con con tendencia a creer en estas cosas no es que crean en una sola, es que tienen una estructura mental que les hace más vulnerables ante todas ellas.

No creen solamente en el clorito de Sodio (MMS), no creen solamente en las conspiraciones, sino que creen en un montón de cosas con más o menos intensidad que les lleva, por ejemplo, a estas uniones de conveniencia que hemos visto en las manifestaciones negacionistas durante la pandemia, o que les lleva también a defenderse y a juntarse en causas de lo más dispar que, si lo pienso fríamente, pueden ser hasta totalmente contradictorias.

Luego hay que tener en cuenta, también, que hay personas que no es que crean, es que están defendiendo su negocio y saben que su clientela es la que va a este tipo de cosas y aprovechan el acto para hacer propaganda. También hay mucho espabilado ahí, evidentemente.

P: Los que siguen este tipo de creencias, ¿lo hacen, en cierta medida, por sentirse poseedores de una verdad oculta o arcana que les hace superiores y especiales a los demás y que les hace sentirse mejor?

R: Sí, claro, en el fondo hay una parte de eso, de sentirse superior al resto por conocer un secreto que los demás no hemos captado, no hemos sabido descubrir, o no somos lo suficientemente inteligentes como para darnos cuenta de lo que pasa. Es una característica que se da bastante, sobre todo entre los conspiranoicos.

Al final es como decía Dan Brown: "A todos nos gusta una buena conspiración". Si encima te la crees y piensas que eres tan inteligente que tú conoces la verdad y el resto del mundo no, pues tú te estás reforzando en la creencia con un refuerzo positivo que es esa alabanza hacia ti mismo, de considerarte superior. Con lo cual le estás echando más azúcar al bluf.

Como decía Dan Brown: "A todos nos gusta una buena conspiración". Si encima te la crees y piensas que eres tan inteligente que tú conoces la verdad y el resto del mundo no, pues tú te estás reforzando en la creencia

P: ¿Ha habido un repunte de este tipo de grupos durante la pandemia y se han dejado ver más?

R: Dios los cría y ellos se juntan. En este caso lo que los ha unido ha sido la pandemia pero son grupos muy heterogéneos: desde gente de extrema derecha, que jamás se ha preocupado por los temas sanitarios pero que ahora ha visto una oportunidad de exteriorizar sus desconfianzas hacia el sistema, hasta vendedores de crecepelos mágicos y demás, como Josep Pamies, que ven la oportunidad de seguir pescando en río revuelto.

Yo creo que son grupos que simplemente han tenido esta oportunidad que les permite salir a la palestra y tener una notoriedad que no deberían tener.

En eso, además, también contribuyen los medios al dar voz a algunas personas como en el caso de la entrevista a Miguel Bosé. Cada vez que algún famoso dice alguna barbaridad hay medios que se hacen eco, que lo difunden e incluso tienen la desfachatez de decir que no, que de esta manera se pueden contrarrestar los mensajes falsos que difunden. Bueno, si no le dejas difundir el mensaje a lo mejor no hay tanta necesidad de contrarrestarlo. Pero si primero la prestas un altavoz, luego veremos la efectividad que tiene el desmentido, si es que la tiene.

Cada vez que algún famoso dice alguna barbaridad hay medios que se hacen eco, Si no le dejas difundir el mensaje a lo mejor no hay necesidad de contrarrestarlo.

P: ¿Qué papel estamos jugando los medios a la hora de dar información veraz a los ciudadanos sobre la pandemia?, ¿Crees que en algunos casos hemos pecado de sensacionalismo con los efectos secundarios de las vacunas u otras cuestiones relacionadas con el coronavirus?

R: Sí. Ahora bien, no creo que haya sido una cosa premeditada, ni deliberada. Simplemente creo que aquí hemos metido la pata todos, no solamente los medios, en el sentido de no hacer ver que la ciencia es lo que nos está sacando de este atolladero pero que, evidentemente, tiene sus limitaciones.

Sobre todo tiene una que es muy difícil de percibir por el público, más aún a través de los medios que, lógicamente, lo que necesitan es un titular. Y es el hecho de la falibilidad: de que se va avanzando pero que también hay errores, hay equivocaciones y hay problemas. Eso es muy complicado siempre transmitirlo pero en una situación como está más aún.

Por otra parte, la desconfianza, sobre todo contra las vacunas, sí que ha crecido bastante y ahí sí creo que hay una responsabilidad de los medios que se han tirado más al titular fácil, incluso sabiendo que que no era correcto y que no se ceñía a la realidad. Y eso, evidentemente, deja un poso en la sociedad.

La ciencia es lo que nos está sacando de este atolladero pero, evidentemente, tiene sus limitaciones

P: Algunos medios, como es el caso de la BBC, tomaron la decisión hace tiempo de no llevar a sus debates sobre ciencia a defensores del negacionismo del cambio climático ya que el consenso de la comunidad científica es que el calentamiento global es un hecho y que el papel antrópico en este fenómeno está demostrado. ¿Crees que esa debería ser la postura general?, ¿Qué no se le de voz a los negacionistas de la ciencia en los debates públicos?, o que, al menos, no se les ponga al mismo nivel que a los científicos

R: Yo pienso la postura correcta es la de la BBC. Primero fue con con el cambio climático pero después en general con todas las pseudociencias, siempre con el problema de esa frontera borrosa qué hay, pero en definitiva la BBC siempre ha sido muy rigurosa con lo que difunde. Creo que es la actitud correcta. Sobre todo teniendo en cuenta lo que mencionaba antes, que si le prestas un altavoz a alguien pues, quieras o no, ese mensaje va a estar por ahí. ¿Qué luego lo desmientas? Bueno. Pero ya de momento le has dejado publicitarlo y eso es bastante peligroso.

P: De entre todas las pseudoterapias que se ofertan en el mercado y en las que un paciente puede caer por sus creencias o por desconocimiento las hay que no curan, pero que tampoco te van a hacer nada siempre que no abandones el tratamiento que te ha puesto un médico, como es el caso de la homeopatía, pero también las hay más peligrosas que aseguran curar dolencias tan graves como el cáncer. En este sentido, ¿Qué opinión tienes de la bioneuroemoción?

R: La Bioneuroemocón es una copia de una idea francesa que a su vez deriva de productos como 'cursos de milagros' y la conocida como 'Nueva Medicina Germánica'. Básicamente la idea radica en considerar que el origen de la enfermedad es algún conflicto de tipo emocional.

Esto ya de por sí es peligroso porque te lleva a buscar ese supuesto conflicto poniéndote en manos, en muchos casos, de personas cuya capacidad es como mínimo dudosa, para buscar ese conflicto y tratarlo en lugar de tratar la causa de la propia enfermedad.

Si tienes un cáncer lo que tienes que hacer es someterte al tratamiento médico necesario para ese cáncer y no buscar una supuesta pelea de tu abuelo con tu abuela como origen de ese trauma.

Eso por un lado, pero por otro, este tipo prácticas van un paso más allá: ellos insisten en que para curar este tipo de cosas lo que tienes que hacer es romper todos los vínculos afectivos que tienes con tu familia, con tu círculo de amigos, con tu entorno, de manera que alejes esa posible fuente del supuesto conflicto que causó la enfermedad, y a cambio ellos te ofrecen un acompañamiento por parte de un practicante de estas disciplinas.

Por lo que implica, pero también por estas prácticas que tiene afines a lo que es una secta, la Bioneuroemoción creo que ahora mismo es la pseudoterapia más peligrosa de las que tienen popularidad en España

Es particularmente peligrosa por lo que implica, pero también por estas prácticas que tiene afines a lo que es una secta que la convierten en un mecanismo perfecto para captar adeptos y para captar víctimas. Yo creo que ahora mismo, de las más extendidas en España, sin duda es la más peligrosa.

P. Otra terapia peligrosa en la que hacéis hincapié es en el uso del MMS como tratamiento de múltiples dolencias, incluida ahora, según sus defensores, el coronavirus. ¿Cómo está la legislación sobre su uso en España?

R: Está prohibido como medicamento. El problema es que está permitido para su uso como desinfectante. Es como si les diera por tomar Mistol. No puedes prohibir el Mistol porque sirve para limpiar los platos. Lo que sí está prohibido es ofrecerlo, recomendarlo o consumirlo como medicamento.

No es imposible, pero sí bastante complicado, impedir que te lo vendan como medicamento y hay infinidad de sitios que te lo venden como tal, con todas las características supuestamente curativas que le atribuyen.

Eso si que es sancionable, y además hay un cuadro de sanciones muy serias en la Ley General de Sanidad, pero no se está aplicando. Es una competencia de las Comunidades Autónomas y, salvo casos muy anecdóticos, tan anecdóticos que incluso acaban siendo noticia, como las sanciones a Josep Pamies en su momento, pues por regla general no se está haciendo nada. O si se está haciendo se hace de una manera tan chapucera que al final no ocurre nada, como pasó también con Pamies, que cuando llegaron a juicio la instrucción no se había hecho bien, ellos lo negaron todo y no se les pudo condenar.

Si la Administración no hace su trabajo abriendo expedientes y llevándolos correctamente y si el Ministerio Fiscal, por otro lado, no se da cuenta de que estamos ante unos tipos muy astutos y que hay que tomar un mínimo de medidas para asegurarse de que no se escurran, pues estamos en la situación que estamos, con esta gente campando por sus respetos sin que nadie es pare los pies.

A veces nos planteamos que las asociaciones vamos a tener que intentar iniciar e impulsar esos procedimientos. Pero es que la competencia es de las Consejerías de Sanidad y si se trata de un caso que tenga relevancia nacional la competencia es del Ministerio. Y ni el Ministerio de Sanidad, ni la mayoría de las consejerías parecen estar muy por la labor.

Hay excepciones. Hay casos puntuales. Por ejemplo en Cataluña hay periodos en los que de repente se ponen muchas multas. Pero claro, ponen multas en la cuantía mínima y si te toca pagar 3.000 euros por tener un consultorio abierto y no te lo cierran te merece la pena pagar una multa cada tres o cuatro años y seguir en la ilegalidad.

P: Antes de la llegada del coronavirus el Gobierno se había embarcado en un proyecto para desterrar las pseudoterapias de las prácticas médicas. ¿Cómo ha afectado la pandemia a las iniciativas del Ejecutivo en este materia?

R: Ha cambiado sobre todo en el ritmo y la prioridad. Ten en cuenta que estamos hablando de una campaña llevada a cabo por un Ministerio de Sanidad que hasta ahora está muy vaciado de competencias y que anda muy justito de personal. Lo que ha ocurrido es que los programas siguen adelante, la evaluación de pseudoterapias también, pero todo a un paso muchísimo más lento porque la prioridad, evidentemente, es la Covid.

Sí que se está haciendo. Por ejemplo: recientemente se remitió para que presentarán alegaciones a cinco evaluaciones de prácticas supuestamente terapéuticas. Pronto se remitirán otras más... o sea que sí, que se está trabajando, lo único es que, bueno, se han trastocado todos los planes y sobre todo el ritmo al que se esperaba trabajar toda esta circunstancia.

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