Los bomberos han logrado sofocar el incendio que se ha declarado en la cripta de la Sagrada Familia. Las llamas se han originado en torno a las 10:45 horas. La cripta estaba cerrada al público en el momento del suceso.
La Guardia Urbana de Barcelona ha desalojado a entre 1.500 y 1.700 turistas del templo. No hay heridos aunque la Sacristía, de 40 metros cuadrados, sí ha quedado calcinada por completo, icluidos el mobiliario y la ropa de los sacerdotes. El incendio ha sido muy aparatoso por el humo provocado por las llamas.
Una persona que se escondía en la sacristía con dos mecheros y un spray de aceite ha sido detenida. Además, llevaba consifo cinco juegos de llaves de las huchas de las limosnas y una campana de cobre y plata que se utiliza para la consagración. El presidente del Patronato de la Sagrada Familia, Joan Rigol, ha dicho que el arrestado, José María L.S. es un vecino barcelonés de 65 años "perturbado". Sin embargo, los agentes han negado que tuviera algún problema mental.
Varias personas que visitaban la cripta sorprendieron al sospechoso y le retuvieron hasta que fue detenido. El acusado ha negado los hechos en su declaración ante los Mossos. El individuo tiene algún antecedente policial por hurto, pero no por haber provocado incendios.
Tras controlar el fuego 45 minutos después del aviso, los Bomberos de Barcelona han empezado a ventilar la zona afectada y han colocado ventiladores para agilizar todo el proceso, ya que la sacristía sólo tiene una pequeña ventana, lo que dificulta que el humo se disipe.
El incendio obligará a rehacer toda la instalación eléctrica de esta estancia situada bajo el ábside, que ha quedado afectada por el humo, según ha explicado el jefe del departamento de proyectos de la oficina técnica del templo, Jordi Coll.
Vuelven los turistas
Los primeros turistas han entrado a las 17:00 horas por las taquillas de la fachada de la Pasión como es habitual tras pagar su entrada, tomando fotos desde el primer minuto y la mayoría ajenos al incidente de esta mañana.
De media, cada día visitan la Sagrada Familia entre 9.000 y 12.000 personas, pagando entre 12,5 y 16,5 euros por visita, con lo que las pérdidas económicas que el incendio provocado ha causado podrían cifrarse en miles de euros.