Después de que se rechazaran Asunción, Miami y Doha, Pedro Sánchez ofreció el jueves Madrid como lugar para disputar la final de la Copa Libertadores, entre los equipos argentinos de Boca Juniors y River Plate. Finalmente, a última hora de la tarde, la CONMEBOL dio luz verde a la propuesta en un comunicado tras intervenir la FIFA.
Tras la decisión, que ambos clubes han anunciado que apelarán, Madrid deberá contar con un dispositivo especial de seguridad, que contará, según fuentes del Ejecutivo con entre 4000 y 5000 agentes.
El plan es que los aficcionados de los dos clubes lleguen desde Argentina acompañados por policías y que estos sigan a los hinchas más violentos. Además, serán traslados a zonas separadas una vez en el Estadio, que contará también con fuertes medidas de seridad.
Por otro lado, dada la afluencia de turistas en la capital por la fecha en la que tendrá lugar el evento, casi en Navidades y en pleno puente de diciembre, se reforzará la vigilancia en el centro.
Todo ello, para que no se repita la situación del 24 de noviembre, en el que hinchas radicales de River recibieron al autobús de Boca con una lluvia de piedras y botellas. Dentro del vehículo los jugadores pedían auxilio. Lanzamientos que impactaron contra los propios aficionados de River y destrozaron las lunas del vehículo.
La Policía antidisturbios tuvo que intervenir y cargar contra varios de los aficcionados que convirtieron las calles de Buenos Aires en una auténtica batalla campal.
Lanzaron gas lacrimógeno y pimienta contra los radicales y los futbolistas acabaron intoxicados. Lamargo y Pablo Pérez tuvieron que ser atendidos en el hospital por los cortes causados por los cristales. Pablo Pérez declaraba: "Esto tenía que ser una fiesta. Y parecía que estábamos en una guerra".
Ante lo sucedido, Boca Juniors solicitó que no se disputase el partido ya que tenía jugadores heridos."“No podemos jugar en estas condiciones", declaró el club. Pero la CONMEBOL y la FIFA presionaron para que el encuentro se jugará. Finalmente ambos acordaron posponerlo y fue suspendido. La Agencia Gubernamental de Control clausuró el estadio por problemas de seguridad y River pagó una multa para que hubiese superclásico.
En este sentido, audios de la Policía revelan que el operativo fue claramente insuficiente para contener unos vergonzosos disturbios que podrían ser premeditados. Barra brava podría haber orquestado todo después de que la Policía les requisara las entradas de reventa. Por otro lado, la afición de River acusa a los jugadores de Boca de haber provocado a las hinchada rival desde el autobús.
TE PUEDE INTERESAR: