¿Miedo, ansiedad o liberación? Las secuelas del fin de la mascarilla

  • El fin del uso de la mascarilla al aire libre implica distintas emociones en las personas

  • Algunos sentirán la relajación del uso de la mascarilla como un alivio

  • A las personas más aprensivas les costará habituarse a no llevarlas

En Francia ya no es obligatorio usar la mascarilla al aire libre. En España dejará de serlo desde el próximo sábado 26 de junio y en Italia se lo están pensando. Poco a poco la situación epidemiológica de covid mejora y vamos volviendo a la normalidad. Eso pasa por volver a ver la cara de la gente cuando paseamos por la calle pero... ¿estamos preparados?

Llevar la mascarilla dejará de ser obligatorio en nuestro país este fin de semana. Algunos estarán deseando salir de casa sin ella, o otros en cambio les costará adaptarse a ir sin protección, advierten los psicólogos.

Si cuando se acabó el confinamiento muchas personas sufrieron el llamado síndrome de la cabaña, es decir, una especie de miedo a salir a la calle por temor al contagio, ahora puede ocurrir los mismo a la hora de dejar a un lado la mascarilla. "Hay muchas personas que van a considerar prematura la decisión, que van a tener miedo a contagiarse y que tardarán más en quitarse las mascarillas", cuanta la psicóloga Consuelo Tomás a El Día.es.

Sin embargo, hay mucha gente agobiada por el uso de la mascarilla. Para ellos poder prescindir de la mascarilla al aire libre será una liberación. Hay un cansancio generalizado en la sociedad a causa de la pandemia de covid y de las restricciones por eso, señala Tomás, el fin de la obligación dellevar lac ara tapada al aire libre "genera ilusión y ayuda a aliviar esta sensación de cansancio, de fatiga pandémica".

Los expertos advierten que no hay que caer ni en la euforia que nos lleve a relajar en exceso el comportamiento, ni en el pánico a dejar de usar la mascarilla por temor al contagio.

Adiós al makné

El fin del uso de la mascarilla al aire libre nos permitirá ver el rostro de las personas con las que interactuamos. Podremos ver su cara al completo, entender sus gestos y emociones... Se mejorarán las relaciones sociales, sin duda.

Algo que también mejorará será el acné -o maskné, es decir, acné de las mascarilla- que tener la cara tapada tanto tiempo ha provocado a muchas personas, sobre todo a aquellas que por su trabajo están todo el día con ella puesta. Pero no solo acné, las mascarillas han traído otras patologías de la piel del rostro como pérdidas eczemas o dermatitis.

Un estudio publicado en la revista científica British Medical Journal ha identificado los tipos más comunes de maskné, según informa La Razón. La investigadora Leelawadee Thechasatian, que ha dirigido la investigación a partir de los datos obtenidos en hospitales de Tailandia ha demostrado una prevalencia de enfermedades dermatológicas producidas por la mascarilla en el 54,5% de las personas estudiadas. La patología más frecuente es el acné (40%) seguida de dermatitis atópicas, eczemas y prurito.

Se ha demostrado en este estudio que las mascarillas quirúrgicas presentan un riesgo algo superior de dermatosis que las de tela y que la peor práctica es la reutilización de las mascarillas: usar la misma varias veces multiplica casi por dos el riesgo de afectación comparado con cambiarla todos los días.

En cualquier caso, de momento en España, la mascarilla solo puede dejar se usarse al aire libre. Sigue siendo obligatoria en espacios cerrados y allí donde no haya suficiente distancia social.