"Vamos, que nos vamos": coger el coche sólo para disfrutar del primer día sin peajes en la AP-4

  • El peaje en la AP´4 ha durado veinte años más que el Muro de Berlín

El Muro de Berlín, cayo al cabo de treinta años. El peaje de la AP-4 ha necesitado, ni mas ni menos, que cincuenta años para desaparecer. Teniendo eso en la cabeza, no es de extrañar que este uno de enero de dos mil veinte, haya quien sólo haya cogido el coche para darse una vuelta, y comprobar que el peaje que resistió más que el famoso muro, también ha caído.

"Le he dicho a mi mujer, vamos a desayunar al área de servicio de la autopista que este año ya no se paga", comenta un conductor ya jubilado, que junto a su esposa, sonríen mientras piensan en lo que se van a ahorrar para circular entre Los Palacios, donde viven, y Sevilla, donde van a menudo. "!Yo lo veo muy bien, lleva ya el alcalde de Los Palacios muchos luchando para esto y me parece que es una buena cosa".

"Le he dicho a mi mujer, vamos a desayunar al área de servicio de la autopista que este año ya no se paga"

Tampoco es extraño, que Ylian, que viaja con amigos desde Galicia hacia las playas de Cádiz, se haya sorprendido cuando su aparato de telepeaje no ha sonado. "No sabía que habían quitado el peaje, pero me he dado cuenta cuando hemos pasado y el aparato no ha pitado. A ver si hacen lo mismo en Galicia, porque los peajes allí son bastante altos".

"No sabía que habían quitado el peaje, pero me he dado cuenta cuando hemos pasado y el aparato no ha pitado"

O que algunos coches, despistados, se hayan parado en las casetas, esperando a que una mano apareciese para recoger la tarjeta o los billetes, y poder seguir camino. De la sede de la antigua concesionaria sale un trabajador que les dice que no paren. En su espalda ya no está el rótulo de AUMAR, sino el de conservación de la red de carreteras del Estado. "Algunos aún no lo saben", señala, "Y es un peligro para los que vienen detrás y se encuentran con un coche parado".

Junto a la extrañeza, lo que más abunda hoy entre los conductores es la satisfacción. "Es una maravilla. Pasar y ver todas las barreras abiertas ha sido impresionante". dice Sergio. Un poco más allá, Rosario espera para echar gasolina "Cuando hemos pasado por las casetas de peaje hemos sentido como felicidad, hemos gritado uhhhhhh, por fín pasamos por las casetas sin tener que pagar".

Y aunque esos gritos no se han oido, porque es uno de enero, y más vale no abrir la ventanilla, resuenan a estas horas entre Sevilla y Cádiz. Diez millones de usuarios ahorrarán este año que entra, ochenta millones de euros en peajes.