Tras robar diversos artículos en una farmacia en Coslada, el ladrón se escapa a paso tranquilo mientras una de las empleadas de la farmacia le sigue. No es la única que intenta pararle los pies, a la caza del ladrón se suman numerosos viandantes y vecinos que lo grababan desde sus casas.
Muchos de estos vecinos llamaron a comisaria para avisar de dónde se situaba el ladrón, o de cómo iba vestido. Este aluvión de llamadas provocó un colapso en las líneas de la policía.
El delincuente una vez al verse acorralado echó a correr, pero le fue imposible darse a la fuga. Su compañera a la que las cámaras de la farmacia captaron minutos antes en pleno robo tampoco logró escapar, gracias a que una de las empleadas la retuvo, a pesar de los arañazos y la patada que le propició la ladrona a la empleada en la pierna.
La colaboración ciudadana ha sido crucial para que esta joven pareja de ladrones de nacionalidad española y con un centenar de antecedentes acabara en los calabozos.