"Aún recuerdo su sonrisa pícara y sus ojos·: SOS Desaparecidos, el homenaje de un padre a su hijo

telecinco.es 05/04/2019 06:38

El particular 11S de Joaquín tuvo lugar en 2008. Ese día su mundo cambió. Su vida también. Su hijo de 23 años desaparecía en el mar en Carboneras. Hasta hoy, no ha sabido más de él. Cuenta Joaquín que las primeras semanas un padre que pierde a su hijo no se cree lo que le pasa. Vive un mal sueño. Piensas que alguien te dará un pellizco para despertarte. Los primeros días, un padre o una madre con un hijo desaparecido, desvela Joaquín rememorando su tragedia particular, quieren estar en todos los sitios. Donde se busca, donde se investiga, y a todas horas. Por eso la noche se convierte en una puñalada. Porque significa dejar de buscar, significa menos esperanza.

Las fuerzas de seguridad del Estado se convierten en enemigos al principio, porque son los que aconsejan que el padre y la madre se queden en casa, a la espera, en esos días en los que comer es accesorio, un lujo que el cuerpo rechaza. "Nadie está preparado para que desaparezca sin más un ser querido, nadie cercano ha vivido nada igual", explica Joaquín. Y llega entonces la etapa del enojo. Con todos. Con esas fuerzas de seguridad que no encuentran a la persona querida, con esos medios que ya no lo ponen en portada, porque la gente vuelve a la rutina. "Pero buscar culpables no lleva a ningún sitio. La guerra interior es enorme, el dolor, la ira, la furia, la culpa".

Y pasadas las fechas, se necesita un poco de paz. Y empieza a haber gente a la que ya no odias. Poca. La pareja es la primera que los sufre, a veces se rompe (es lo que le pasó a Joaquín, que logró rehacer su vida con una psicóloga, Patricia R Cabrera Sena , quien hoy es su esposa, su baluarte). Pero mientras tanto todo se derrumba, porque no crees en nada. La seguridad, la justicia, la seguridad y la libertad ya no son verdad, no tienen sentido. Estás solo porque solo hay preguntas y las respuestas no llegan. La noche pasa a ser la indignación al consuelo porque en esas horas nadie te defrauda.

Pasan los días, los meses y entonces el teléfono deja ser un aliado para tornarse en dolor. Porque ya sabes que si suena las noticias no serán buenas. Por eso en SOS Desaparecidos se ayuda a las familias a aceptar. Los padres lo rechazan en un primer momento porque aceptar supone para ellos rendirse, perder. La empatía con ellos es total porque se les explica que sí, que esa silla vacía seguirá, que el llanto no cesará, pero que aparcar el odio y hacer algo por los demás es sanar.

Joaquín aún recuerda a esa mujer jubilada, casi sin recursos, que quería donar dinero a la organización después de que se encontrara a su hijo. Tenía poco, pero quería agradecer el esfuerzo. Como siempre Joaquín dijo no. O esa mujer con una enfermedad casi terminal que prometió no morirse hasta saber el destino de su hijo y ahí sigue viva. O esa joven que se escapó de casa con 15 años y que cuando fue encontrada dijo que estaba triste. Y cómo Joaquín le dejó claro que el duelo de sus padres esos días demostraba que no debía estarlo, que tenía una familia que la quería. O ese otro padre que acabó en México para comprobar que su hijo había caído por un barranco. Ese día Joaquín solo le dijo una frase. "Es terrible, pero tienes la verdad".

Joaquín le debe su vida a SOS Desaparecidos, porque cuando entendió que el odio le llevaba al precipicio se acordó de su hijo. De sus 23 años. Y quiso recordarle de la mejor manera. Porque con el tiempo la imagen de la persona desaparecida empieza a borrarse. "SOS mantiene viva la memoria de mi hijo".

Entre el equipo de SOS Desaparecidos se encuentran coordinadores de áreas específicas, desde psicólogos, a criminólogos, también gente que está en el paro, pero que quiere ayudar. Hay más de 12.000 desaparecidos según cifras oficiales. En España las cifras también impactan. Según los datos extraídos del informe ‘Personas desaparecidas en España 2019’ desde el año 2010 han sido 176.063 las denuncias recibidas, –el 66% relativas a desapariciones de menores–, siendo 12.330 las que permanecían activas al inicio de 2019. No solo eso. En términos generales, la serie histórica refleja un ascenso casi continuo en el número de denuncias, siendo el último año registrado, el de 2018, el que más posee en todo el intervalo de tiempo.

Un 53% corresponden a menores, porcentaje que asciende al 79%(9.737) si lo que se tiene en cuenta es la condición de menor de edad justo en el momento en que se produjo la desaparición. Las comunidades autónomas que más denuncias registran son Andalucía y Cataluña, mientras Madrid y Barcelona son las ciudades que más hechos sobre desapariciones aglutinan.

Muchos serán los que se pregunten cómo selecciona SOS los casos, si no temen ser engañados, pero la experiencia ya es un grado. Se pide foto del desaparecido, se cotejan los datos, en media hora se ponen las alertas en la web, se pregunta a la familia si quiere o no salir en prensa. Todas las llamadas se graban. Joaquín alerta desde la experiencia del aumento de casos de desaparición de adolescentes y clama por la prevención. Y pase lo que pase está ahí, con SOS desaparecidos, en memoria de su hijo, para luchar contra el dolor y el odio.

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