Tomás Gimeno quedó expuesto a todo al tirarse con el cinturón de plomos: "Ya será un esqueleto"

  • El buzo y exjefe del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, Juan Ortega Machín: "Tomás Gimeno sería un esqueleto"

  • El director del Instituto Español de Oceanografía (IEO), Javier Ruiz: "el hallazgo de Olivia es un hito mundial"

  • 250 kilómetros han sido cartografiados y 392 horas filmadas

El buzo y exjefe del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, Juan Ortega Machín, ha comentado en los micrófonos de la cadena COPE que la paralización del operativo de búsqueda de Tomás Gimeno, quien presuntamente asesinó a sus dos hijas, Anna y Olivia, en Tenerife, se debió a que era imposible que el buque oceanográfico Ángeles Alvariño obtuviera más indicios tras un mes de trabajos en la Isla. En las labores de rastreo no se logró encontrar ningún resto óseo de Gimeno y ya parecía imposible lograrlo.

“Fue una suerte encontrar a Olivia porque la bolsa estaba lastrada con el ancla, pero él no se metió en una bolsa. Este hombre se tiró con el cinturón de plomos al mar y quedó expuesto a todo; a la degradación natural que se produce por la muerte y a la acción de la fauna cercana, que va a eliminar todos los restos, con lo cual es más difícil hallar algo. Si encima cayó en zona de fango, con sedimentación, todo esto hace que quede oculto. Sin duda, ya estaríamos hablando de un esqueleto”, ha explicado Machín.

Respecto a las labores de rastreo, Ortega Machín afirmó que “ya estaban en situación precaria por las horas de trabajo de la maquinaria, por eso, la jueza habrá visto que no había posibilidades de seguir. Se ha hecho bastante más de lo que se podía hacer, las expectativas se han superado claramente. Desde el punto de vista técnico, se han conseguido cosas con las que no se contaba, ya que el terreno volcánico no ayuda nada. Han trabajado bien y han preservado el material, aunque ha habido riesgo serio de perderlo”.

El hallazgo de Olivia es un hito mundial

El director del Instituto Español de Oceanografía (IEO), Javier Ruiz también ha dejado claro esta semana que el hallazgo del cuerpo de Olivia Gimeno en aguas tinerfeñas gracias a labor del robot submarino Liropus 2000 y el buque científico Ángeles Alvariño es un "hito mundial" dado que se trataba de un objeto muy pequeño --una bolsa-- y había una gran profundidad oceánica. "Muestra de ello es la cantidad de pecios que permanecen desde hace siglos en el fondo del mar aun conociendo el área donde se perdieron o, más recientemente, la desaparición de grandes aviones que caen al océano y no pueden ser encontrados. Este hito mundial es el resultado de la colaboración y coordinación estrecha y precisa entre los Ministerios de Interior y de Ciencia e Innovación", relataba en un comunicado en el que resalta también el hallazgo de una funda nórdica y una botella de oxígeno.

250 kilómetros cartografiados y 392 horas de filmación

El buque abandonaba las labores de rastreo por orden judicial debido a que se da por "imposible" encontrar los cuerpos de Tomás Gimeno y Anna tras un mes de trabajos en los que cartografió un área de 250 kilómetros cuadrados entre aproximadamente 100 y 2.000 metros de profundidad y se filmaron 392 horas.

El equipo humano a bordo del Ángeles Alvariño estuvo compuesto por cinco científicos del IEO apoyados por los técnicos del robot y del sonar de barrido lateral, así como la tripulación del buque que han trabajado incansablemente durante más de un mes, realizando turnos de 12 horas, lo que ha permitido mantener las labores de búsqueda de forma ininterrumpida.

El equipo científico del IEO lo han conformado tres geólogas marinas y dos tecnólogos que han sido los encargados del trabajo a bordo bajo la dirección, como suele ser habitual en cualquier trabajo científico en el mar, de un jefe de campaña, un trabajo que ha sido coordinado en tierra por el jefe de la Unidad de Buques, la jefa de área de Medio Marino y la Dirección del IEO. "Parecía imposible que pudiéramos localizar nada pero gracias al brillante trabajo previo de la policía judicial y su precisión al acotarnos las zonas de búsqueda y al comprobar que el efecto de las corrientes era mínimo nos dimos cuenta que podríamos llegar a tener éxito si planificábamos el trabajo de manera adecuada y así fue", explica Ignacio Franco, jefe de campaña y coordinador de los trabajos a bordo.

Pablo Carrera, jefe de la Unidad de Buques del IEO señala que uno de los problemas para trabajar con tanta precisión y que el posicionamiento del buque y el robot fuera perfecto "es que cuando las condiciones de viento y oleaje no son favorables se supera la capacidad del sistema para el posicionamiento centimétrico que ha requerido la operación, lo cual en ocasiones ha limitado la misión durante los días en los que los vientos alisos han sido más intensos".

En condiciones normales, y además de otros mantenimientos menores, el 'Liropus 2000' requiere de una puesta a punto completa cada 120 horas. No está diseñado para este tipo de operaciones con un uso tan intenso, por lo que el número de averías se ha ido incrementando a lo largo de la búsqueda y su operatividad se ha ido reduciendo.

Pese al gran trabajo a bordo de los ingenieros, que han realizado numerosas reparaciones, el robot terminó trabajando con una operatividad del 50% cuando normalmente es de casi el 100% y, en los últimos días, su estado ha comenzado a suponer un riesgo para la navegabilidad, lo que podría suponer su pérdida, apuntan desde el IEO. A pesar de ello, y explotando los límites para los que esta tecnología fue diseñada, fue capaz de explorar con detalle todo el fondo marino técnicamente viable con esta metodología.