Un tripulante del Ángeles Alvariño: "Cuando encontramos el cuerpo de Olivia a muchos se nos saltaron las lágrimas"

  • Un tripulante del buque ha narrado los duros momentos en el hallazgo de Olivia

  • El buque oceanográfico encontró a la pequeña Olivia el 10 de junio

  • El Ángeles Alvariño ha cesado la búsqueda de los cuerpos de Tomás Gimeno y Anna

Esta semana, el buque oceanográfico Ángeles Alvariño cesaba las labores de búsqueda de los cuerpos de Tomás Gimeno y su hija Anna, tras conocerse el informe del responsable de operaciones del barco que calificaba de "completamente inabordable" la exploración en la zona exploración en la zona en donde hipotéticamente podrían localizarse nuevos resultados.

El fin de la búsqueda terminó con las esperanzas de encontrar los restos de la pequeña Anna pero afortunadamente se pudo dar con el paradero de Olivia, algo que ayudó a confirmar la peor de las noticias: el parricidio de Gimeno.

Un miembro de la tripulación del Ángeles Alvariño, presente cuando se produjo el fatal hallazgo, ha narrado al diario El Faro de Vigo los duros momentos que vivieron durante la búsqueda de las pequeñas y sobre todo cuando descubrieron el cuerpo de Olivia.

"Cuando encontramos el cuerpo de Olivia a muchos se nos saltaron las lágrimas, y eso que no vimos los restos", contaba el tripulante. Unos duros momentos que dejaron marcada a la tripulación: "No vimos nada porque el cuerpo estaba en una bolsa. Se encontró a las 11 de la mañana. No ves nada pero no paras de darle vueltas a la cabeza. Los tripulantes no comimos, no estamos acostumbrados a esto. Nos tocó ir porque teníamos el robot en otras tareas".

Encontrar el cuerpo de Olivia fue un "hito mundial"

El director del Instituto Español de Oceanografía (IEO), Javier Ruiz, ha señalado este jueves que el hallazgo del cuerpo de Olivia Gimeno en aguas tinerfeñas gracias a labor del robot submarino Liropus 2000 y el buque científico Ángeles Alvariño es un "hito mundial" dado que se trataba de un objeto muy pequeño --una bolsa-- y había una gran profundidad oceánica.

"Muestra de ello es la cantidad de pecios que permanecen desde hace siglos en el fondo del mar aun conociendo el área donde se perdieron o, más recientemente, la desaparición de grandes aviones que caen al océano y no pueden ser encontrados. Este hito mundial es el resultado de la colaboración y coordinación estrecha y precisa entre los Ministerios de Interior y de Ciencia e Innovación", comenta en un comunicado en el que resalta también el hallazgo de una funda nórdica y una botella de oxígeno.

El buque ya ha abandonado las labores de rastreo por orden judicial debido a que se da por "imposible" encontrar los cuerpos de Tomás Gimeno y Anna tras un mes de trabajos en los que cartografió un área de 250 kilómetros cuadrados entre aproximadamente 100 y 2.000 metros de profundidad y se filmaron 392 horas.

El equipo humano a bordo del Ángeles Alvariño estuvo compuesto por cinco científicos del IEO apoyados por los técnicos del robot y del sonar de barrido lateral, así como la tripulación del buque que han trabajado incansablemente durante más de un mes, realizando turnos de 12 horas, lo que ha permitido mantener las labores de búsqueda de forma ininterrumpida.

El equipo científico del IEO lo han conformado tres geólogas marinas y dos tecnólogos que han sido los encargados del trabajo a bordo bajo la dirección, como suele ser habitual en cualquier trabajo científico en el mar, de un jefe de campaña, un trabajo que ha sido coordinado en tierra por el jefe de la Unidad de Buques, la jefa de área de Medio Marino y la Dirección del IEO.

"Parecía imposible que pudiéramos localizar nada pero gracias al brillante trabajo previo de la policía judicial y su precisión al acotarnos las zonas de búsqueda y al comprobar que el efecto de las corrientes era mínimo nos dimos cuenta que podríamos llegar a tener éxito si planificábamos el trabajo de manera adecuada y así fue", explica Ignacio Franco, jefe de campaña y coordinador de los trabajos a bordo.