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Un grupo de pasajeros de un crucero que navegaba por las Islas Galápagos tuvo que abandonar el barco a medianoche tras producirse un incendio de gran magnitud. El inconveniente es que debían de hacerlo en aguas en las que tenían constancia de presencia de tiburones, algo que aterró aún más a los afectados.
Añadiendo el detalle de la escasa visibilidad nocturna, algunos de los ocupantes como la periodista Lisa Bartley, perteneciente a la cadena ABC, intentaron mantener la calma y seguir las precauciones que la tripulación les indicaba. Un clima de auténtico "pavor" que tuvo que ser afrontado "sí o sí" al no tener otra opción. "Era eso o permanecer entre llamas", asegura una de las implicadas.
"El humo llenó el bote. Nos dijeron que había un incendio en la sala de máquinas", indica Dana. Frente a eso, la tripulación no tuvo más opción que desalojar al resto de pasajeros mientras el humo dificultaba la respiración en muchos de ellos. "La gente gritaba" mientras los oficiales aconsejaban "contener la respiración", según confirma 'The Sun'.
Tratando de mantener la calma, los ocupantes fueron provistos de chalecos salvavidas antes de que los 16 turistas y 11 miembros de la tripulación saltaran del bote al agua.
Sin embargo, tan pronto como estuvieron en el agua, ocurrió otro problema ya que los dos botes salvavidas no se desplegaron. Las estructuras no se abrían por lo que los individuos tuvieron que estar en contacto con el agua en plena madrugada durante una hora aproximadamente.
El guía les aconsejo que nadaran hacia la isla más cercana, manteniendo a ser posible la calma y "unidos de las manos". Afortunadamente, dos horas y media después llegó otro barco para rescatar a los pasajeros y la tripulación después de la llamada de socorro que se había efectuado previamente.
El barco en el que se había producido el incendio, por su parte, ya ha sido reparado y está en condiciones de prestar nuevamente servicio, según ha indicado la compañía.