Día Internacional de la Dislexia

Marina Vollmann tenía 40 cuando descubrió que era disléxica: "Los aeropuertos eran laberintos y la escuela, una tortura"

Marina Vollmann descubrió a los 40 que tenía dislexia: esta es su historia
En una entrevista con Informativos Telecinco, la exmodelo argentina nos cuenta su testimonio. Telecinco.es
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Marina Vollmann es una cara conocida de la televisión argentina aunque lleva décadas fuera de la industria. Vivió una época dorada a principios de los 90, cuando era modelo y trabajaba como reportera para el programa de entretenimientos más visto de la época, 'Ritmo de la Noche'. Tuvo como representante al mismo que descubrió a Valeria Mazza, y viajó por el mundo gracias a su belleza, carisma y popularidad. Pero esos viajes no eran sencillos. Había adquirido la costumbre de revisar todos los datos de su vuelo antes de entrar a cualquier aeropuerto y aún así, al llegar, debía reconfirmar la información para no equivocarse de puerta. No podía ayudarse de las pantallas, tenía que consultar a otras personas. Claro que sabía leer, pero no podía fiarse de lo que leía. Tuvo que pasar mucho tiempo para que supiera que esa dificultad tenía un nombre: dislexia.

De aeropuertos hasta exámenes y oposiciones: lo que hay que adaptar para crear inclusión
De aeropuertos hasta exámenes y oposiciones: lo que hay que adaptar para crear inclusión

"Pasé toda mi escolaridad pensando que era incapaz. Los disléxicos somos tratados como los burros de la clase. Nadie quiere ser el burro de la clase y no es justo porque se trata de una dificultad que tiene muchas maneras y herramientas para salir adelante", explicó, en una videollamada con Informativos Telecinco desde Buenos Aires, la exmodelo argentina. A sus 55 años, se ha convertido en autora -publicó 'Yo, disléxica: cómo es vivir con una dificultad invisible' (2024)- y divulgadora para visibilizar y reclamar por los derechos de los niños que necesitan de una educación adaptada e inclusiva. Pero antes que nada, de un diagnóstico. El que ella no tuvo, y al que llegó por una casualidad.

Tras dejar su camino en la televisión y en las pasarelas, Marina se centró en la crianza de sus dos hijos. El mayor, que hoy tiene 20 años, mostró desde la escuela infantil algunos problemas de aprendizaje.

Claves para la inclusión de las infancias con dislexia en las escuelas
Claves para la inclusión de las infancias con dislexia en las escuelas

"En ese momento no se hablaba de dislexia. Se hablaba de déficit de atención, entonces, en un principio, parecía que tenía eso. Las escuelas, en vez de acobijarme, me expulsaban. Llegó un momento en que él tenía cinco años y no tenía escolaridad para mi hijo. Tenía una carpeta que me había hecho una neuróloga, pero no decía un diagnóstico. Llegaba a las escuelas con una carpeta de algo que no tenía un nombre". Marina tuvo que tocar muchas puertas en Buenos Aires hasta conseguir un colegio que tuviese profesores formados para educar a su hijo. A sus hijos, porque el segundo, que ahora tiene 16, también demostró tener dificultades del aprendizaje.

Las escuelas, en vez de acobijarme, me expulsaban

Una vez que pudo ponerle nombre a lo que les pasaba a sus niños, Marina, comenzó a involucrarse en la visibilización de este problema sin saber que ella también lo tenía. Con 40 años, un día le dijeron que debía hacerse una prueba ella también. La dislexia tiene un componente hereditario, pero hasta ese momento, a Marina, no se le había pasado por la cabeza evaluarse a sí misma. Tan sobreadaptada estaba a esta dificultad.

"Terminé la prueba y la psicopedagoga me dijo: sos disléxica, Marina. Y con esa frase empecé a acordarme lo que me había costado la escuela, empezaron las respuestas a un montón de preguntas que me hice durante toda la escolaridad sintiéndome incapaz", relató.

Estrategias adaptativas: por qué la dislexia es invisible

Marina Vollmann escribió el libro 'Yo, disléxica' para echar luz sobre este tema con su propio testimonio

El rasgo específico de su dislexia se llama discalculia. Da vuelta los números al leerlos, no puede hacer un cálculo mental, necesita un soporte tecnológico, puede leer de corrido su cuenta bancaria pero tiene que revisar "entre 3 y 5 veces más" que una persona sin dislexia cada número. Por eso, al inicio de esta entrevista, nos contó de lo tortuoso que era para ella ir a un aeropuerto: las pantallas móviles que ponen decenas de números de vuelos y puertas de embarque y que están en constante movimiento son imposibles de registrar para ella. "Los aeropuertos deberían adaptar las señales para que todos puedan llegar a sus vuelos. Para los disléxicos son como laberintos", explicó.

El diagnóstico temprano aparece como la clave para hacer más sencilla la vida a las personas con esta dificultad. Aunque ella consiguió adaptarse a la escolaridad, la frustración fue muy grande. "Los chicos con dislexia son en un 60% víctimas de bullying. Se sientan al final de la fila porque no quieren que los obliguen a contestar una pregunta frente a todos, porque no lo hacen suficientemente rápido. Ahí hay una alarma muy grande para los docentes".

Ahora, con la seguridad que tengo, puedo decir, para, necesito que me lo repitas. A mis hijos les enseño que tienen derecho a decir 'no entiendo'.

Marina colabora con la sede argentina de la Asociación Disfam, que se fundó hace casi 20 años como una iniciativa de padres de niños con dislexia, y que hoy fomenta la creación de protocolos en muchos países para reconocer estas dificultades y formar a los educadores. Llegará pronto a Madrid para iniciar una serie de charlas en algunos colegios: "Es fundamental que se detecte desde la escuela infantil. No tener un diagnóstico puede dejar a los niños sin escolaridad por la frustración que les genera".

"A los disléxicos nos cuesta explicar que tenemos una dificultad. Yo ahora, con la seguridad que tengo, puedo decir, para, necesito que me lo repitas. A mis hijos les enseño que tienen derecho a decir 'no entiendo'. A veces, a alguno de ellos, le costaba pedir algo en un local porque lo tenía que hacer con un ritmo apurado, porque si no, no iba a parecer inteligente. Esto les puede pasar en el ámbito escolar pero también cuando van a un local y no entienden la cuenta. Y yo no creo que alguien no lo respete. Si alguien te dice 'necesito más tiempo', o 'no entiendo', del otro lado hay una empatía".

Los problemas en la educación y en las oposiciones para disléxicos

Cuando nos contó el camino que tuvo que hacer para la escolarización de sus niños, Marina expuso toda su frustración. Cada cambio de escuela era volver a empezar de cero para explicar las necesidades de sus hijos y establecer protocolos con los educadores para que el aprendizaje sea viable. "Es agobiante. Para los padres es tan tedioso y se sufre tanto, porque la problemática impacta en toda la familia. El niño viene con una cara triste. Ver que tu hijo no viene feliz de la escuela es lo peor que te puede pasar como padre. Ese hijo que no es feliz en la escuela, que no está aprendiendo porque se está sentando en la última fila, hay que cuidarlo. Hay que ofrecerle una opción. Sobre todo porque es una dificultad que tiene muchas maneras y herramientas para salir adelante".

Al igual que en Argentina, en España, la Ley Orgánica de Educación reconoce y establece medidas para atender al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo, incluyendo dificultades específicas de aprendizaje como la dislexia. Sin embargo, la realización de evaluaciones para detectar en edad temprana está lejos de ser un hábito instalado. Por otro lado, tal como expone Marina, se vive con dislexia toda la vida, por lo que la adaptación no es solo necesaria en edades escolares. En los últimos años, fueron muchos los reclamos de disléxicos de todo el país porque las oposiciones para plazas de funcionarios no contemplan sus dificultades. "Los disléxicos necesitan más tiempo que el resto para revisar y eso es algo que debería respetarse", apuntó Vollmann.

Tipos de dislexia

Tipos de dislexia: de la dificultad para leer a los problemas para decir algunas palabras
Tipos de dislexia: de la dificultad para leer a los problemas para decir algunas palabras

El término dislexia se usa para definir varios tipos de dificultades del aprendizaje de la lectoescritura:

-Disgrafía: dificultad para escribir de una manera legible, o con espacios, o siguiendo la línea del renglón.

-Disortografía: dificultad para aprender las reglas ortográficas y asociarlas con los sonidos (por ejemplo, al seguir un dictado).

-Discalculia: dificultad para hacer cálculos mentales, leer y memorizar números.

-Dislalia: dificultad para aprender a decir algunas palabras.